Boxeador, soñador y con su familia como bandera. Desde la localidad de Las Flores, en Iglesia, llega una historia de esfuerzo, pasión y sueños que no entiende de límites. Ismael Rivero pelea todos los días en el ring y en la vida con la misma fuerza con la que amasa el pan que reparte en su barrio. A sus 23 años, mientras entrena cada noche en el Club Pistamanta, se pone un mismo objetivo y lo persigue casi en secreto: llegar a pelear en Las Vegas y convertirse en un campeón indiscutido.
Ismael tiene tres hermanos, aunque el mayor ya no está: falleció en un accidente en moto hace casi tres años, una pérdida que lo marcó para siempre. "David, el hijo de mi hermano, es mi ahijado pero lo crío como si fuera mío. Junto con mis dos hijos, Maximiliano y Aranxa", le contó a Tiempo de San Juan.
El iglesiano empezó a boxear en 2018, aunque el camino no fue contínuo. Entre la pandemia, la falta de entrenadores y otros obstáculos, hubo idas y vueltas, y nunca pudo dedicarse de lleno. Sin embargo, el fuego interior por llegar nunca se apagó. "Al principio era recreativo, pero ahora le estamos metiendo de verdad", dijo con convicción.
El deporte siempre estuvo presente en su vida. Jugó al fútbol en El Llano (un club de Iglesia), y después pasó al Club Pistamanta, donde salió campeón y subcampeón. Fue justamente ahí donde descubrió el boxeo, gracias a una serie de anuncios en la radio que lo invitaron a probar. "Fuí a entrenar un día y me encantó".
Isma relató a este medio que mira mucho boxeo y tiene claro quienes son sus ídolos: Mike Tyson, Canelo Álvarez, Gervonta Davis, el Chino Maidana y Brian Castaño, están entre sus referentes.
Su rutina diaria es tan dura como admirable. Durante el día trabaja en una panadería del pueblo, donde hace ya dos años se gana el mango como panadero: "Soy quien se encarga de hacer el pan, las semitas, los integrales... Pasé por muchos trabajos antes de llegar ahí, también fui ayudante de albañil y hasta en un aserradero".
La economía familiar no le permitió seguir estudiando. Entonces eligió trabajar, sin dejar de lado su pasión por el deporte. Por las noches, de 21 a 23, entrena con la bolsa en el mismo club que lo vio levantar la copa como jugador de fútbol
En este mundo de los guantes, Ismael tiene un entrenador con historia como Pablo Morales, una vieja gloria del boxeo iglesiano que supo ver mucho talento en el joven boxeador. Con él pule técnica, disciplina y mentalidad. Lo alienta a seguir soñando y a no bajarse del ring ante las adversidades.
Morales (79) es un ex púgil del departamento que peleó en los aos '80 contra figuras como el 'Roña' Castro y hoy dedica su vida a entrenar a más de 60 chicos en el Club Sportivo Pismanta
Lo que mueve a Ismael no es la fama ni el dinero. Es el deseo profundo de honrar a su familia, a su hermano, a sus hijos. Es ese fuego que arde en el pecho de los que vienen desde abajo, sin atajos, sin padrinos, pero con las ganas intactas de hacer historia.