La sanjuanina tiene una historia marcada por la pasión y el esfuerzo. Es que a la danza le corre por las venas, sueña con conquistar escenarios y llegar a ser una gran artista. Nacida en el Barrio Cabot, la mayor de cuatro hermanos nunca estuvo en un solo lugar: fue jugadora de fútbol hasta que no pudo continuar por una dura lesión que la sacó de las canchas: "Jugué en Defensores de Los Andes al futsal y luego hice 11 en Dillon, lo hacía como defensora. En un partido, por querer esquivar un choque, salté y al pisar un pozo se me cortaron los ligamentos de la rodilla y tuve que ser operada", recordó Mili a Tiempo de San Juan. Ese golpe la obligó a tomar una decisión que le cambiaría la vida: dejar el fútbol y dedicarse completamente a la danza. Acierto, dedicación y un mundo entero lleno de magia. "El baile es mi cable a tierra, donde me siento libre".
Aunque parecía un cambio radical, la danza no era nueva para ella. Desde los 9 años ya se había sumergido en el mundo del baile, practicando distintos estilos mientras seguía jugando al fútbol. La lesión fue el empujón definitivo para entregarse por completo a eso que tanto la hacía feliz. "Decidí seguir con la danza porque me apasiona, la practico desde niña y es mi cable a tierra. Es donde me siento libre, me olvido de todo", aseguró la bailarina sanjuanina.
Su recorrido dentro de la danza es muy amplio: hizo árabe, ritmos urbanos, folklore, danza clásica, moderno, contemporáneo, hip hop y jazz. Durante el secundario se inscribió en una escuela de arte donde pudo ampliar su formación con nuevas disciplinas. Hoy estudia profesorado de jazz y hip hop en la academia Vibra, en Junín, donde también baila y compite junto al grupo. Además, cursa danza clásica en una sede de Julio Bocca, una de las instituciones más prestigiosas del país, y le queda un año para recibirse.
Una de las experiencias más significativas de su carrera fue cuando la contactaron del programa de Guido Kaczka. Gracias a su profesor Silvio, recibieron una invitación de la producción para participar. Viajaron a los estudios de Canal 13 en Palermo, y allí, junto a más de 30 bailarines, presentaron tres coreografías. "Fue una experiencia muy linda, nunca imaginé llegar tan lejos con el baile. El ambiente fue hermoso, aunque al principio hubo muchos nervios", recordó.
Su talento también la llevó a competir y codearse con los mejores. Su gran performance en varias ocasiones le otorgó el primer lugar como solista y también con el grupo. Además, también clasificó a los nacionales, donde volvió a ganar el primer puesto individual y obtuvo el segundo como parte del equipo.
La historia de Milagros Illanes es la de una joven que supo convertir una adversidad en oportunidad. Que cambió las canchas por los escenarios, sin perder nunca la perseverancia y mucho menos quitar del camino los sueños. El próximo destino la depositará a ella y su equipo en el país carioca para llevar a lo más alto su arte.