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El personaje de los cuartos

Jugador, kiosquero y empleado en un cementerio: Maxi Galván, el mediocampista de la Primera Local de San Martín

Divide su día en el fútbol y obligaciones. De muy chico trabajó en la cosecha de uva y aceitunas para ayudar con la economía de su casa. A un paso de abandonar el fútbol para salir a trabajar, su mamá le pidió que no bajara los brazos y peleara por sus sueños. Tiene 21 años y es oriundo de Las Chacritas.

Por Antonella Letizia

Jugador, kiosquero y empleado en un cementerio. No todo es color de rosa para los futbolistas que pareciera que lo tienen todo, detrás de un domingo hay miles de historias que pesan en sus espaldas. Tiempo de San Juan esta vez llegó a la de Maximiliano Galván, un pibe nuevejulino de 21 años mediocampista de San Martín. De barrio y amor por su mamá. Tantas veces quiso abandonar el fútbol para ayudar en la casa, pero fue Claudia, su madre, la que no le permitió que bajara los brazos. Se levantaba muy temprano para ir a los parrales a cosechar uva y así poder ayudar con unos pesos. De calle y con necesidades, pero la perseverancia lo llevó a salir adelante: sueña a lo grande, tiene como figura a uno de la Selección y sorprendió qué haría con su primer sueldo como jugador. Los entrenamientos por la mañana y el almuerzo en casa o en el comedor del cementerio, "donde alcance el tiempo para seguir trabajando".

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Maxi es oriundo de Las Chacritas. Vive junto a sus padres, Claudia y Juan, y sus cuatro hermanos mayores: Federico, Kevin, Gunther y Ary. Desde muy chico siempre supo que todo le iba a costar el doble pero con esfuerzo todo se podía alcanzar. Se crio abrazado y pegado a los suyos y siempre estuvo colaborando con sus padres con las cosas de la casa.

Antes de llegar al Verdinegro, el futbolista le contó a Tiempo que estuvo jugando en 9 de Julio, pero cuando llegó un técnico al plantel, le dijo que era muy chico para jugar en Primera: "Me tuve que ir a Libertad Juvenil y después de ahí pasé a San Martín".

Cuando esto sucedió y teniendo un poco más claro de que tenía condiciones para seguir trabajando en su formación y su futuro, no soltó: de a poco se fue ganando su lugar en la Primera Local e incluso en la actualidad entrena con el equipo de Raúl Antuña.

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El mediocampista dijo que cuando se vio un poco estable en el equipo y bajo la palabra de su madre que le pedía que no bajara los brazos, contó que se puso un kiosco para poder comprarse sus cosas y a su vez, ayudar en la casa: "Tengo un negocio hace tres años pero con eso solo no me alcazaba por el tema de los viajes todos los días, ir a entrenar y mis cosas", afirmó. Es por eso que decidió buscarse otro laburo para poder cubrir un poco esos espacios que necesitaba: "Conseguí trabajo en el mantenimiento del cementerio de Las Chacritas, no me importaba que sea, pero me coincidía con los horarios para poder hacer todo. En la mañana entreno, en la siesta me voy al cementerio y después atiendo el kiosco hasta la noche, así, todos los días".

"Cuando salgo de entrenar y no me da tiempo de almorzar en mi casa, lo hago en el comedor del cementerio" "Cuando salgo de entrenar y no me da tiempo de almorzar en mi casa, lo hago en el comedor del cementerio"

Maxi Galván: jugador, kiosquero y empleado en un cementerio

El nuevejulino todas las mañanas madruga para desayunar e irse a entrenar, recorrido de una hora y media en dos colectivos para llegar a tiempo al momento de la práctica: "Siempre sueño. Lo que uno quiere siempre con el fútbol es llegar a lo más alto y ayudar a la familia. Con mi primer sueldo haría un almuerzo gigante para todos ellos", afirmó orgulloso de los suyos.

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Además de lo que ahora hace, el futbolista oriundo de Las Chacritas dijo que gracias a su madre, nunca dejó de soñar por el fútbol, ya que él quería abandonar para ayudarlos en colaborar con la casa: "Con una sola persona que banque la casa no alcanza, yo quería seguir ayudando a mi mamá, a mi familia, las cosas son muy difíciles. Yo trabajé en la uva, en la cosecha de aceitunas, y cuando entré a San Martín mi mamá me dijo que le siguiera metiendo a mi sueño, yo seguí adelante por ella".

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El juvenil junto a un compañero cuando trabajaba en la cosecha de aceitunas

El juvenil junto a un compañero cuando trabajaba en la cosecha de aceitunas

"Soy un tipo humilde y muy perfil bajo. De calle, de barrio, se lo que es pasar hambre y tener necesidades. No me las doy porque se lo que es estar abajo" "Soy un tipo humilde y muy perfil bajo. De calle, de barrio, se lo que es pasar hambre y tener necesidades. No me las doy porque se lo que es estar abajo"

Maxi Galván, mediocampista de la Primera Local de San Martín, es uno de los clasificados que se encuentra en instancia decisiva del Torneo Local. El miércoles pasado disputaron la ida de los cuartos y sacaron la ida al vapulear 4-0 a Alianza en el Centenario. Rudo, aguerrido y con algunos goles encima, el futbolista nuevejulino de 21 años, es uno de los destacados del plantel del Gino Laciar y está entre las filas del 'Purruco' Antuña de los jugadores que van llevando de a poco para que exploten en un futuro.

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