El presidente Javier Milei habló de Boca Juniors, club del cual fue hincha, en su discurso durante el 47° aniversario de la Fundación Mediterránea el pasado miércoles 30 de octubre.
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SUSCRIBITEEl presidente de todos los argentinos volvió a tomar unos minutos en su apretada agenda para cargas sus tintas contra el presidente y el técnico del club xeneize
El presidente Javier Milei habló de Boca Juniors, club del cual fue hincha, en su discurso durante el 47° aniversario de la Fundación Mediterránea el pasado miércoles 30 de octubre.
El mandatario habló ante el auditorio del think tank empresarial cordobés con dos horas de atraso respecto al programa original, y poco después de que lo hiciera el gobernador provincial, Martín Llaryora. “Hola a todos. Me imagino que en pocos lugares juego tan de local como acá”, arrancó Milei.
Su discurso buscó echar una luz amable sobre la gestión económica del gobierno que encabeza, pero también tuvo tiros por elevación para distintas figuras. Una de ellas es el expresidente Raúl Alfonsín, primer mandatario electo democráticamente después de la última dictadura, de quien dijo que “apoyó un golpe de Estado” en 2001.
Pero también tuvo tiempo para hablar de Boca, club del que aseguró que dejó de ser hincha por la influencia de determinadas figuras, a las que atacó en su discurso.
El primer mandatario estaba resaltando su gestión económica cuando trajo a colación lo que llamó “una anécdota fabulosa” que involucraba al que fue el club de sus amores: “Boca juega una final intercontinental, si no me equivoco fue contra el Milán; Boca define por penales…”. Hacía referencia así a la final de la Copa Intercontinental 2003, la última vez en que el Xeneize ganó esa competición.
Enfrentado con la actual dirigencia de Boca Juniors, encabezada por Juan Román Riquelme e integrada por otros de los jugadores de aquella gesta histórica, el Presidente se desmarcó hasta de su lugar como hincha: “Esto es de mi época que era de Boca, aviso que dejé de ser de Boca, cuando cierto personaje volvió y cuando apareció un cinco [en referencia a Fernando Gago, quien es el actual DT del club], que tenía menos marca que La Salada, eso hizo que yo dejara de ser de Boca”.
De todas formas, el Presidente intentó minimizar su resentimiento de larga data contra Riquelme y Gago al llamarlo “un detalle de vigésimo quinto orden”. Sin embargo, no pudo contenerse y continuó: “Si sigue así [Boca], en algún momento voy a poder volver a la cancha, pero eso es otro tema”.
Entonces, retomó el curso original de la anécdota: “Van a una definición por penales y [Sebastián] Battaglia erra el penal y, afortunadamente, gracias a [Roberto] Abondanzzieri, que además es un tipazo, igual que [Martín] Palermo —se imaginan que soy re Palermo yo—, Boca gana esa final, y un periodista no tiene mejor idea que ir a reportearlo cuando quiere ir a festejar a Battaglia. Y entonces va y en lugar de preguntarle, no sé, sobre qué sentía de…, habían ganado todo, ¿qué se siente haber errado el penal? Entonces Battaglia, con una gran sabiduría, fabuloso, le dice: ‘¿vos alguna vez pateaste un penal, en una final Intercontinental?’ No. ‘Bueno, mira, los penales lo erran lo que patean, lo que no patean no erran’”.
Así, quiso trazar un paralelismo con las críticas que recibe su gestión económica: “A veces algunos dicen que cometemos errores; y sí, claro, que cometemos errores; el que hace, comete errores, y en especial, gente que hace mucho”.
FUENTE: La Nación
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