El 'tapado' de la Reserva: es vendedor ambulante, practicante de una iglesia católica y tiene el sueño ambicioso de llegar a Primera
Iba a la escuelita de fútbol del brazo de su mamá y nunca imaginó todo lo que se le vino después. El pibe humilde de Rawson tiene 6 hermanos y creció con el empuje lleno de amor de sus padres, aún cuando golpeaban las situaciones difíciles. Algunos clubes sanjuaninos como base, un paso fugaz en la cantera de Racing y un salto inesperado al Verdinegro: explosivo, olfato goleador y los 15 goles que lo marcaron en su primer torneo con los mejores equipos del fútbol argentino. Quién es el Tanque, el delantero de la Reserva que se ganó su lugar a base de esfuerzo y mucho sacrificio.
Humilde, perfil bajo y laburante. La historia de Nicolás Jorquera no pasa solo por el fútbol. Viene de una familia numerosa y si bien es fue una de las grandes apariciones de la Reserva de San Martín este año, prefiere el silencio, refugiarse en su familia y apoyarse en el trabajo, que por ahora es la forma de mantener su economía. El 'Tanque' tiene 20 años, es nacido y criado en el Lote Hogar 18 de Rawson y se destacó en el campenato de Reserva: la historia del jugador 'tapado' y practicante de la iglesia católica que sueña con escalar a Primera.
Nico es hijo de una familia numerosa -padres presentes y seis hermanos– y ahora también papá de Tomás. Nico sabe lo que cuesta cada paso. Por eso no olvida que antes de destacarse con la camiseta verdinegra, tuvo que rebuscárselas fuera de la cancha: vende medias y ropa para sostener sus gastos y acompañar su sueño. "Nunca me faltó un plato de comida porque mi viejo siempre laburó. Estoy orgulloso de él y de todo lo que hizo por nosotros", le dijo a Tiempo de San Juan.
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Su recorrido en el fútbol arrancó cuando era apenas un niño. Su mamá fue la persona que lo acompañó y lo fue guiando hasta que se sumó a la escuelita de Unión de Villa Krause. Ahí dio sus primeros pasos hasta también pasar por Peñaflor, López Peláez y San Martín. Las oportunidades no quedaron ahí, ya que también destaca cuando llegó a Racing de Avellaneda: "Estuve unos meses en un departamento del club, lejos de casa, pero tuve que volverme por temas personales". Sin embargo, aunque ese momento se vio opacado, la vida le tenía preparado otro desafío.
Este 2025 fue su despegue: marcó 14 goles, 5 asistencias y un nivel que lo puso en boca de todos. Explosivo, con olfato de goleador, el Tanque se adaptó rápido al desafío de jugar contra los mejores equipos del país. "Fue hermoso, no me lo esperaba. Estar en la Reserva de San Martín es un sueño. Disfruté muchísimo este año y estoy muy agradecido. Ojalá lo que viene sea todavía mejor", dijo.
El delantero reemplazó varias veces a Santigo Barrera y cuando le tocó pisar el campo, no decepción y 'mojó'. Es por eso que se construyó a base de goles y asistencias para el elenco sanjuanino
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Su fe también tiene un rol importante. Es practicante de la iglesia Cristo Poder y Gloria, a la que asiste desde hace dos años junto a su mamá, hermanos, su novia y su hijo. "Le doy gracias a Dios por la oportunidad. Mi pastor siempre ora por mí y por mi familia. Eso me sostiene", confesó a este medio ya sin la presión de la competencia del Torneo Proyección.
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Como muchos pibes del interior, Nico creció mirando a sus ídolos. El suyo es Lautaro Martínez, un referente, goleador y campeón del mundo con la Selección Argentina. "Me gusta mucho y siento que tenemos características similares. Me gustaría seguir sus pasos, jugar en Europa, llegar a la Selección, ganar un Mundial… como todos soñamos".
Mientras tanto, su objetivo inmediato es claro: firmar su primer contrato profesional con San Martín y debutar en Primera. "Es lo que más aspiro ahora. Quiero quedarme en el club que me dio todo", afirma.
Nicolás Jorquera es de esos jugadores que representan al pibe sanjuanino de barrio: trabajador, creyente, agradecido y con una fe inquebrantable en que el esfuerzo, tarde o temprano, paga. El Tanque ya empezó a abrirse camino y sueña con llegar a Primera.