Este viernes se corrió la séptima etapa de la Vuelta a San Juan y la llegada estuvo a 2.624 metros de altura. Eso no fue barrera para los fanáticos de las ruedas, que se escaparon de la rutina para poder presenciar uno de los recorridos más duros de la competencia ciclística. El color pintó el ingreso a Iglesias y el humo del asado comenzó a respirarse desde temprano: ¡olor a jarilla, altoparlante de transmisión y los gazebos que empezaron a tomar el protagonismo bajo el intenso sol sanjuanino.
La llegada de los ciclistas se iba a celebrar pasado el mediodía de este viernes en el Alto Colorado, pero eso no fue excusa para los sanjuaninos, que quisieron armar el bolsito y salir a la ruta para vivir de cerca una de las etapas más duras de la competencia.
Asado en la altura:
Parrilla, un atado de leña y carne. No se necesita mucho para que salga a flote la tradición o para que el argentino haga de las suyas. Como es costumbre -y no importa donde-, los sanjuaninos llegaron hasta la llegada del Colorado, montaron un gazebo y a metros de ellos, prendieron el fueguito. En la búsqueda de palos grandes para usar de palita, limpiar jarilla para tapar la carne y esperar que el pelotón pase....
Un acampe de 24hs:
Cristina y Pedro son de la Villa El Salvador de Angaco e hicieron cientos de kilómetros para ser los primeros en llegar a El Colorado. Se instalaron al costado de la llegada por la tarde del jueves y con agua caliente y abrigo, pasaron la noche conectados a la naturaleza. Un cajón de frutas, tetera al fuego y la camioneta repleta de provisiones.
¿Qué no puede faltar para una etapa en El Colorado?
Tiempo de San Juan le consultó a los sanjuaninos presentes en la entrada de Iglesia cómo se prepararon para hacer tantos kilómetros en la ruta, con el calor y con una lista larga de cosas que claves para 'atravesar' la durísima etapa en el Alto Colorado.
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