Franco Cufré no es un hincha cualquiera. Es de esos que viven los colores como si fueran parte de su ADN. Albañil de día y músico de noche, este joven chimbero lleva casi una década metiéndole ritmo a la tribuna del Hilario Sánchez con Percusión Verdinegra, la banda que se hace escuchar en todo el Pueblo Viejo. Esta vez, el bombo lo acompañó en una esquina emblemática de Concepción. Hasta allí llegó este jueves para juntar unos mangos y no perderse la gran final en Córdoba.
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“¿Me ayudas a ir a la final?”, dice el cartel improvisado que pegó al costado del bombo, ese que suena domingo tras domingo mientras alienta a San Martín. Una movida que no es nueva para él. “Esto de pararme en un semáforo a tocar a la gorra ya lo hice antes, cuando me quedé sin laburo. Pero es la primera vez que lo hago por los colores, por San Martín”, le confesó a Tiempo de San Juan. Su misión ahora es juntar los 50 mil pesos que necesita para viajar con sus compañeros al "Gigante", donde este domingo el conjunto sanjuanino buscará el ascenso a Primera.
Con el objetivo en claro, Franco se paró en la calle Juan Jufré y Mendoza, un rincón que tiene historia en el "Pueblo Viejo", y arrancó con su show callejero. "Ahora estamos haciendo un poco de faro para ver si llegamos a costear el viaje. Mis compañeros me están dando una mano, todos quieren que vayamos toda la percusión. No puede faltar ninguno a esta locura que genera San Martín", contó mientras ajustaba el bombo.
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La gente de Concepción, claro, no lo dejó a "gamba". “Se copan, se paran, colaboran. Los negocios de acá te tiran buena onda, vienen, te aplauden, te dejan 200 o 300 pesos. Así vamos sumando”, expresó con una sonrisa. El objetivo es ambicioso: "Ahora más o menos tengo 20 mil pesos y necesito llegar a los 50 para subirme al bondi", explicó.
"Toco la trompeta, el bombo con platillos, hacemos de todo. Sin querer queriendo nos metimos en esto y ya estamos hasta las manos. Es un sentimiento, no se puede explicar".
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Para él, esto va más allá de un simple partido. Es un ritual, un compromiso con sus compañeros de la banda y con la pasión que lo mueve cada fin de semana. “La percusión tiene que estar. No importa si hay que tocar en una esquina o en la calle, lo importante es no fallar”, señaló.