El nacimiento de dos pasiones sanjuaninas: San Martín y Desamparados, un clásico de siempre
El día en que se conmemoran los orígenes, la historia del surgimiento de dos clubes de fútbol sanjuanino. El por qué de sus nombres, sus apodos y demás curiosidades asombrosas.
En este sábado 13 de junio que San Juan celebra su aniversario 458° y los orígenes se conmemoran, la fecha resulta ideal para recordar el nacimiento de dos pasiones sanjuaninas y el surgimiento de dos clubes del fútbol local, San Martín y Desamparados. Es que desde el nombre hasta los colores que portan como así también la ubicación de los estadios hasta los apodos que llevan, todo tiene un por qué y esa razón está íntimamente relacionada con sus inicios.
Al igual que sucedió en todo el país, la creación de las escuadras que protagonizan la nota tuvo lugar a principios del Siglo XX. La primera fue la institución verdinegra y su fundación fue motivada por la disputa entre los socios del entonces Atlético de la Juventud que conformó dos bandos: 'los negritos' y 'los pitucos'. Los primeros, que vivían de la calle 25 de Mayo hacia el Norte, estaban en desacuerdo con los segundos, radicados en su mayoría en el corazón del centro sanjuanino. Según cuenta la historia, fue en un cumpleaños de quince que la rivalidad terminó por romper los lazos y los disidentes decidieron hacer rancho aparte.
La peluquería Siglo XX, propiedad de Octavio Alcota y situada en 25 de Mayo y Gral. Acha, fue el lugar de las reuniones donde los jóvenes planificaron el comienzo de un nuevo cuadro. Inspirados en las hazañas del libertador de América, decidieron que el nombre que llevarían sería el de San Martín y los colores que vestirían también tendrían un sentido. El negro fue elegido para recordar por siempre el apodo de 'los negritos', mientras que el verde fue escogido por su significado: la esperanza.
Los hermanos Ormeño, Lubergildo Coll y Matías Cuello, entre otros, firmaron el acta de fundación aquel 27 de septiembre de 1907 que decretó el inicio de una nueva era en el 'football' de San Juan.
Por su parte, el club puyutano bien podría llamarse Estudiantes de Fruticultura porque quienes lo crearon eran alumnos de la Quinta Agronómica fundada por Sarmiento, hoy conocida como Escuela de Enología. En esta oportunidad fue el deseo de los jovencitos de trascender en el ámbito deportivo lo que impulsó el origen de un nuevo equipo.
La casa de los hermanos Medina era el punto de encuentro y allí, con el aporte de Marcial Godoy y los hermanos Nehín, el proyecto tomó forma hasta convertirse en una realidad el 10 de septiembre de 1919.
Según la versión oficial, el nombre que hasta la actualidad despierta asombro en foráneos surgió en honor a la Virgen de los Desamparados, cuya basílica se halla en las inmediaciones de la escuela. Esa misma iglesia había sufrido un incendio que la destrozó por completo y fue la solidaridad de los vecinos la que en poco menos de dos años la reconstruyó. Seis meses más tarde de esa re inauguración que conmovió a esa comunidad, los estudiantes adoptaron la denominación.
Tiempo después, sobre esa elección desde el mismo club dijeron que se trataba de "la virgen de los pobres y los fundadores desparramaban pobreza".
La segunda casa del hincha
El 9 de septiembre de 1951, es decir 44 años después de su creación, San Martín estrenó su estadio ubicado en Concepción, zona a la que pertenecían sus fundadores. Si bien no está claro en los libros cómo adquirieron el predio, sí se supo que hubo conflictos con el nombre que cambió al menos unas tres veces. Primero se llamó Estadio de San Martín hasta que en 1987 fue modificado para honrar la memoria de un ex jugador y presidente de la institución que había fallecido: Hilario Sánchez.
Ese hombre, de profesión ingeniero y que fue arquero, había participado de importantes obras tales como la iluminación del campo de juego, la adquisición de nuevos terrenos para agrandar el predio del club y la construcción de las tribunas de cemento en reemplazo a las de madera. Por razones que aún no están claras y que serían de tinte político, en 1995 ese nombre fue cambiado a "27 de Septiembre" en alusión al día del nacimiento.
Finalmente, retrocedieron con la decisión y el estadio volvió a tener el nombre del calculista afín al Partido Radical. Fue 11 años más tarde, en febrero de 2006, que volvió a llamarse Ingeniero Hilario Sánchez.
Si la denominación representó un problema para los verdinegros, peor fue el drama que debieron atravesar los puyutanos para echar raíces. Si bien el Serpentario fue inaugurado con bombos y platillos en 1960, lo que antecedió a ello fue para los estudiantes sangre, sudor y lagrimas. Es que tras jugar los primeros partidos en los campos deportivos de la Quinta Agronómica, durante 1926 y 1934, los futbolistas se mudaron a un terreno de la Villa Zavalla.
Luego de 4 años de idas y vueltas, en 1938, los ex alumnos y jugadores recibían la buena noticia del gobierno sanjuanino que les cedía un terreno para incorporar disciplinas como el básquet y las bochas. Sin embargo, esa conquista se desvanecería 6 años después con el terremoto de 1944. Por cuestiones de emergencia, el predio debió ser devuelto a las autoridades para que allí se asentaran las familias que habían quedado sin hogar producto de la destrucción. En ese sitio se radicó el Asentamiento Ameghino.
Recién en 1960, los Víboras consiguieron la cesión de un terreno perteneciente al Consejo de Reconstrucción de San Juan, antecesor del INPRES para establecerse y decretar, afortunadamente para los fanáticos, el final de su procesión. Fue un 5 de junio de 1960, en el barrio Patricias Sanjuaninas, cuando el Estadio José Eduardo Nehín abrió sus puertas al mundo. Nehín había sido uno de los creadores que se destacó a nivel deportivo y formó parte del seleccionado de fútbol argentino entre 1920 y 1934 e incluso jugó el Mundial de Italia de 1934.
Un primer partido inolvidable
Aquel domingo por la tarde del '60, cuando el Puyutano jugaba por primera vez en su cancha, el anfitrión enfrentó en un partido amistoso a su eterno rival San Martín, con el que perdió por 6 a 3. El Verdinegro, ya consolidado, empañaría la fiesta. Quizás esto fue uno de los motivos que encendió la rivalidad.
Por su parte, el primer encuentro inolvidable de San Martín fue apenas despertaba, en 1907. Con la intención de hacerse conocer por la sociedad sanjuanina, organizaron un torneo de fútbol e invitaron a los clubes Belgrano, Sarmiento, Estudiantes de Fruticultura (que luego sería Sportivo Desamparados) y Pacífico. El primer partido oficial fue ante Sarmiento y el organizador ganó 3 a 1.
Los mimos de la prensa
Cuando el de Concepción se había instalado en el fútbol local, fue reconocido y adulado por los periodistas deportivos de ese entonces que dijeron que tenía "un juego afiligranado y científico". Así lo publicó el diario local "El Noticioso". En 1921, cuando se creó la Liga Sanjuanina de Football, San Martín fue campeón y los diarios de aquella época como Debates, Nueva Era y Diario Nuevo elogiaron -otra vez- al equipo Verdinegro y lo consideraron como el merecido campeón.
Para Desamparados, el mimo de la prensa originó el mote que hasta hoy utilizan: los "Víboras". Aunque algunas versiones cuentan que ese apodo nació por la cantidad de serpientes que se hallaron durante la construcción de su estadio, otros aseguran que fue por el sobrenombre que los periodistas impusieron por su estilo de juego. “Este equipo juega abajo, al toque y rápido, casi como arrastrándose. Parecen víboras”, comentaron hasta que quedara impregnado en el lenguaje popular.
Fuente, información y fotos: Fundación Bataller; San Juan Al Mundo; 'El nacimiento de una pasión' de Alejandro Fabbri; La Voz del Víbora; Gabriel Zandon.