Cuando aún faltan casi dos meses para que se acabe la
competencia, Racing ya sabe que terminará sin festejos este semestre que
comenzó torcido. Las manos mágicas del joven arquero de Gimnasia, Alexis Martín
Arias, fueron la barrera con que la que se topó la Academia en su camino por la
Copa Argentina, el único atajo que le quedaba para clasificar a la Copa
Libertadores del año próximo. El plantel, el cuerpo técnico y los dirigentes se
habían puesto como objetivo de máxima para esta segunda mitad de 2016 levantar
ese trofeo para lograr algo que nunca había pasado en la historia del club:
jugar tres Copa Libertadores de manera consecutiva.
A eso se había acostumbrado Racing en los últimos años,
después de que Diego Milito decidiera volver a la mitad celeste y blanca de
Avellaneda, a mediados de 2014. Tras cerrar ese año con la vuelta olímpica, la
Academia disputó la el certamen continental de 2015 y repitió en 2016, luego de
ganarle la final de la liguilla clasificatoria nada menos que a Independiente.
La vara había quedado alta. Realmente elevada. Y por eso la caída duele tanto.
La derrota ante Gimnasia y la no participación en la próxima
Libertadores es otra prueba de que para Racing se ha hecho muy difícil superar
el duelo del retiro de Milito: su ausencia se siente en el plantel, en los
dirigentes, dentro del campo y, sobre todo, en cómo le pega cada traspié. El
Racing Positivo, ese lema que se instaló cuando el ex capitán volvió de Inter y
que terminó siendo el slogan del último título en 2014, ya aparece más difuso
en el horizonte racinguista. El primer partido que jugó la Academia después de
la salida del ídolo -y de Sebastián Saja, otro hombre que era clave no sólo por
sus decisiones debajo de los tres palos o dentro del vestuario- fue ante Lanús,
por la Copa Bicentenario. Fue derrota en el último minuto. Y fue, también,
motivo suficiente para despedir a Facundo Sava, el entrenador que venía de
realizar una pretemporada de más de dos meses. Todo un síntoma.
A partir de ahí, Racing sigue buscando su identidad.
"Cambiar tanto de técnicos no es algo que haya que pregonar en el club. Lo
hablé con Víctor en su momento. No estaba de acuerdo con los cambios de
entrenador. No era el momento", aseguró Milito ayer en TyC Sports, que
está preparando su despedida para el 11, en el Cilindro. En los 13 partidos que
van disputados en esta temporada, hubo tres entrenadores distintos en el banco
de suplentes académico: Sava, Claudio Úbeda y Ricardo Zielinski.
Desde su llegada, El Ruso cosechó diez puntos sobre 18 en juego.
Casi el mismo promedio que tenía el Colorado cuando fue despedido por malos
resultados. Pero el gran déficit de Zielinski, y lo que hace que ante cada
resbalón no haya nada positivo para rescatar, parece estar en el juego, en el
estilo. "Regalamos 60 minutos del partido, no fuimos lo intenso que
debimos ser más allá de que no merecimos perder", dijo Lisandro López, que
heredó la cinta de capitán de Milito.
La autocrítica del delantero que asumió su condición de
referente del plantel, no solo partía de lo hecho en el partido ante Gimnasia,
sino también por la derrota del sábado ante Atlético de Rafaela, que tuvo
características parecidas desde la actitud del equipo: la Academia necesitó
estar en desventaja para salir a buscar el arco de enfrente. En Rafaela, sirvió
para dar vuelta de manera parcial el resultado más allá de la caída final. En
Lanús, ante el Lobo, chocó contra las manos de Alexis Martín Arias y se quedó
sin premio. "Tenemos la misma desilusión que la gente. Nos golpeó fuerte
la derrota porque queríamos jugar la Libertadores", admitió Zielinski en
Continental.
La eliminación también tiene daños colaterales, porque
quedar afuera del certamen le costó a Racing 936.000 pesos, que es el premio
que otorga la Copa Argentina por avanzar a los cuartos de final. Más allá de la
pérdida económica, y de la bronca por el traspié deportivo, la dirigencia sigue
conforme con el desempeño de Zielinski como entrenador.
Por el recuerdo de aquel título con Diego Cocca en 2014
tanto los dirigentes como buena parte del plantel, que sigue siendo la base de
ese equipo, aseguran sentirse más cómodos con un equipo protegido atrás que con
un planteo más audaz. "Nosotros tenemos jugadores de características
ofensivas. No creo que lo que sucedió hace dos años tenga influencias, aunque
los jugadores pueden tener memoria respecto al momento en que te fue muy bien y
saliste campeón", se defendió Zielinski, que admitió que piensa realizar
algunas variantes en el partido de mañana ante Arsenal, en otra muestra de que la
eliminación del miércoles fue mucho más que una derrota. Fue un golpe de esos
que generan cambios.