Otra nueva escala hacia el gran sueño. Los Pumas dejaron The Vale, en Cardiff y llegaron a Londres, aunque anclaron lejos del bullicio del centro de la capital inglesa. El lugar seleccionado está puntualmente ubicado en Bagshot, Surrey, a unos 45 minutos de auto del Big Ben.
El bunker, en el que el plantel aguardará la semifinal contra Australia, es el PennyHill Park Hotel, un enorme oasis situado en medio del canto de los pájaros, que son lo únicos que rompen el silencio. Durante este Mundial 2015, el seleccionado jamás se hospedó en un hotel céntrico; siempre buscó tranquilidad y, sobre todo, privacidad.
En esta fortaleza, que se convirtió en un hotel en 1982 -antes era sólo una enorme mansión, que también fue utilizada para recibir heridos en la Segunda Guerra Mundial- los jugadores gozarán de todas las comodidades habidas y por haber. Porque en las 123 hectáreas que ocupa, número que coincide con el número de habitaciones, hay un spa cubierto de 400 metros, dos piscinas -una exterior y otra interior-, canchas de tenis, campo de golf (nueve hoyos) y, por supuesto, gimnasio.
Durante esta RWC, por este establecimiento ya pasaron los seleccionado de Inglaterra -lo elige cada vez que juega de local- y de Sudáfrica, que se mudó este lunes a la mañana, horas antes de que arribaran Los Pumas.
Ahora bien, si Sudáfrica gana su semifinal contra Nueva Zelanda, podría pedir regresar al PennyHill, independientemente de que la Argentina pretenda quedarse. Si los Boks pegan la vuelta, algo que no se cree que suceda, Los Pumas podrían quedarse aquí hasta que finalice su participación en la Copa del Mundo.