La escarchilla, el ascenso sobre el ripio, el público siguiendo todas las alternativas por las cornisas de la montaña y la llegada al Cristo Redentor -junto al límite de Chile- construyeron una carrera que ingresará en el historial de nuestra gran Vuelta ciclística como una gran hazaña.
El héroe de esta historia, a los 3.830 msnm, fue Sergio Godoy (Municipalidad de Guaymallén). El ciclista maipucino ganó la 10ª Etapa de la 36ª Vuelta a Mendoza con un tiempo de 3h46’33”. Escoltado por su compañero de Team, Juan Pablo Dotti que desde ayer pasó a ser el nuevo dueño de la malla del “Pueblo y Gobierno de Mendoza”.
A su marcha segura, por el inclinado camino de arena y piedra, Sergio Godoy emprendió su ataque al arribar a Las Cuevas, siguiendo la estrategia que había reservado Omar Contreras.
Así logró sobreponerse al viento en contra (con arena incluido) que lo azotó en la zona de Polvaredas. Y darle alcance resistiendo el ritmo impuesto por los dos últimos dueños de una fuga, Fernando Antogna y Alejandro Borrajo (ambos del equipo Jamis - Sutter) que llegaron a viajar a dos minutos delante de la primera línea del pelotón.
Los nueve kilómetros del camino al Cristo Redentor, que configuraron la etapa más alta del mundo, fueron de un frío intenso.
La escarcha y los tres grados de temperatura se transformaron en una barrera, en un guardia pretoriana, custodiando el arribo al monumento fundado en 1904.
En este camino majestuoso por su belleza, que recuperó el espíritu de la hazaña con la que contaban las ediciones de la Vuelta en la década de los 80, se consagraron los esfuerzos de Wolfgang Burman, Gustavo Hernández y Gabriel “Lobito” Brizuela (Shania), Daniel Díaz (San Luis S.T.) y Roberto Richeze (M. de Las Heras), entre otros.
(Los Andes)