Arriba de una mula, 20 kilómetros entre nieve y sierras sanjuaninas para ir a dar clases
Selenia regresaba a su hogar, después de pasar diez días en las Sierras de Rivero, Valle Fértil, cuando fue sorprendida por las bajas temperaturas. "Aún así amamos nuestra vocación", confiesa la joven. La historia detrás de las fotos que conmueven en las redes.
Un pueblo de 18 familias que no conoce de pandemia y restricciones y una docente sanjuanina que llega hasta allí a lomo de burra cada cinco días, sin importar las condiciones climáticas, para instalarse en la Escuela Buenaventura Collado y hacer docencia. Esta es la historia de Selenia Pérez, la joven protagonista de las postales que se viralizaron en las redes y conmueven a la comunidad.
En las imágenes aparece la docente, con un mágico paisaje de fondo, y su compañera de viajes, una mula. Salía del establecimiento educativo que está ubicado en las Sierras de Rivero, a casi 20 kilómetros de la localidad vallista de Astica, cuando fue sorprendida por la nieve y las bajas temperaturas. Regresaba a su casa después de diez días de enseñanza en el establecimiento educativo, al que asisten unos 15 chicos.
"Me pareció importante que se mostrara la realidad que varios docente pasamos, porque es un sacrificio enorme dejar la comodidad de nuestro hogar y estar lejos de nuestra familia por varios días. Porque también nuestra labor está muy subestimada en todo sentido y porque estamos muy expuestos a muchas cosas. Aún así amamos nuestra vocación", reflexiona la profesional.
San Juan este último miércoles vivió el día más frío de la temporada, con temperaturas de 2 °C y sensación térmica bajo cero. Como consecuencia, se registraron nevadas en los departamentos cordilleranos de Iglesia y Calingasta y otras más débiles en Valle Fértil y Jáchal. Justo ese día a Selenia le tocaba regresar a su casa. "El paisaje fue hermoso, pero nosotros nos íbamos congelando (risas). Unas partes las hacíamos caminando, ya que eran bajadas muy empinadas. Teníamos miedo de que no se pudiera pasar, pero gracias a Dios no fue tanto", dice.
Selenia cuenta que tarda cuatro horas en trasladarse de la escuela a su hogar, en donde se instala solo por cinco días para después regresar a Sierras de Rivero. Pero no es la única. Mari Sepúlveda, docente de Nivel Inicial, da clases en Sierras de Elizondo, a donde también hay que acceder a pie o mula. "La realidad escolar que se vive ahí es muy distinta a lo que normalmente se vive en lugares urbanos", dice Selenia.