Durante la siesta de este sábado, San Juan se mostró como lo que parece en esta época del año: un desierto y sobre todo en horas de descanso, cuando ninguno de los sanjuaninos se atreve siquiera a poner un pie en la calle. Es que el calor y las vacaciones serían la combinación de una ciudad desolada.
Un lector compartió algunas postales de Capital en que no se aprecia a ningún ser viviente transitando las calles. Ya sea en la pileta, en el club o en su casa con el aire acondicionado, los habitantes de esta tierra que alcanzó a los 33º -temperatura agradable teniendo en cuenta los días que se superan los 40º-, decidieron decirle no al calor este sábado después del mediodía.
¿A dónde fueron todos? ¿A caso el mundo está perdido y aún algunos no se dan cuenta?