Como en los 2000, pero virtual. Así como en aquel entonces se realizaban ferias masivas, en las que las familias se congregaban para ofrecer productos, comprar otros y hasta hacer trueque; bajo el nombre “Feria Capital- Centro”, en San Juan existe un grupo de WhatsApp en el que más de 200 personas, en su mayoría mujeres que se encargan de la economía del hogar, se relacionan entre sí y conformaron una nueva comunidad comercial con normas propias.
“El sol sale para todas” así define Keila Prado a la sensación que tiene cuando ve que el grupo que armó en junio del 2024 da frutos para todos sus miembros. En un contexto en el que cada vez cuesta más sacar a flote el hogar, la mayoría de las personas que conforman el grupo son mujeres que resuelven la economía de sus familias. En el grupo se vende ropa, zapatos, maquillaje, comida; pero también se ofrecen servicios como manicuría, peluquería, cuidado de niños y paseo de perros.
Keila contó que pensó en armar el grupo ya que quería emprender y que otras mujeres lo hagan. De esta manera, notó que la iniciativa tuvo una rápida respuesta por parte los miembros. “Realmente me pone muy contenta que el grupo haya tenido bastante alcance y sobre todo que sea un grupo activo en ventas tanto como en información, recomendaciones y demás”, añadió la joven.
La dinámica del grupo es sencilla, dado que alcanza con enviar un mensaje y fotos para acompañar la oferta del producto en venta. Si a alguien le interesa lo ofrecido, continúan la conversación por el grupo y concretan la venta por mensajes privados. Eso sí: la base de todo es el respeto por uno mismo y por el resto de los miembros del grupo. “Tuve que sacar a tres chicas que incumplieron las normas del grupo”, contó Keila.
Como casi todo grupo virtual, la feria tiene su pedacito presencial. Hay un lugar en pleno corazón del centro sanjuanino que funciona como una feria y que abre en diferentes horarios del día. Allí, las mujeres pueden ofrecer sus productos cara a cara.
En un contexto cada vez más individualista, en el que se salva el que más "habilidades económicas" tiene, existe una comunidad en San Juan que busca todo lo contrario. Por eso, la anécdota más bizarra que la administradora tiene para contar, también es la que describe con mayor precisión el espíritu del grupo: una vez, una chica pasó a buscar un top para salir a las 3 de la mañana y Keila terminó maquillándola y peinándola.