María del Carmen sigue sin poder creer lo que vivió este sábado en el escenario mayor de la Fiesta Nacional del Sol. Han pasado un par de horas de haberse consagrado como la primera "Emprendedora del Sol", pero la sorpresa sigue intacta para ella y los suyos. Eso, claro, no le quita el derecho de sacar pecho por el premio, por lo obtenido. "Lo merezco, he trabajado y me he sacrificado mucho por esto", reflexiona la mujer de 60 años que creció en el campo, vivió la Guerra de Malvinas de cerca con 17 años y se las ingenió, siendo bibliotecaria y después emprendedora, para salir adelante con sus tres hijos.
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María Muñoz, en el momento en el que es felicitada por el gobernador Marcelo Orrego.
La historia de la santaluceña que se llevó el premio final provincial a la Emprendedora Del Sol 2024 es sin dudas un ejemplo de lucha y superación. Su infancia la vivió de finca en finca, bajo la más absoluta humildad, con un papá chacarero y una mamá ama de casa que con mucho esfuerzo pudieron criar a sus hijos. Hizo la primaria y secundaria en el departamento Rawson y siendo apenas una adolescente, mientras cursaba la carrera de enfermería en la Base Naval del Puerto Belgrano, vivió de cerca el conflicto bélico que sacudió al país: la Guerra de Malvinas.
En 1982, cuando apenas era una jovencita con un montón de sueños por cumplir y con mucho que aprender, le tocó formar parte de un grupo de estudiantes de enfermería que tenía como tarea proveer de materiales a los profesionales que atendían a los combatientes heridos en el Hospital Naval de Puerto Belgrano y buques hospitales. "Nos afectaron a preparar material como paquetes para quemados, apósitos, gazas, que eran esterilizados para los heridos. Yo era casi menor de edad, era aspirante a enfermera naval. Hoy lo analizo y fue terrible lo que pasó", cuenta.
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Después de aquellos meses que sin dudas quedaron grabados para siempre en su retina, María del Carmen logró recibirse y volver a San Juan, para incorporarse al Hospital Rawson. Allí estuvo muchos años hasta que decidió dejar su trabajo por "cosas de la vida". Al tiempo llegaron sus tres hijosm sus soles. Quedó sola y vendiendo medialunas de puerta a puerta en Santa Lucía, donde se asentó, pudo resurgir entre las cenizas y salir adelante con sus pequeños: "Fue una etapa muy dura. Los niños eran muy chicos y yo trabajaba para ellos, era mucho el esfuerzo. Fue mucho el sacrificio... Ya cuando los chicos crecieron y quise volver a Salud Pública, 10 años después, me dijeron que yo había renunciado al cargo, que no se podía".
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Aquella posibilidad de volver a ejercer como enfermera quedó prácticamente nula. Sin embargo, nada la detuvo para seguir persiguiendo otros objetivos. El año pasado se recibió de Auxiliar de Bibliotecas, oficio en el que lleva casi 20 años, cumpliendo uno de sus grandes anhelos. En el medio del estudio, en plena pandemia de coronavirus, fue cuando nació su rol de emprendedora. "Debo tener algo ancestral, un espíritu de luchadora toda la vida. Mi abuela materna y paterna, Josefina y Josefa, eran así. Tenían muchos hijos, una de ellas quedó viuda, y pudo sacar a todos a flote. Hoy trabajo en mi emprendimiento y soy presidenta de la Biblioteca Popular, donde con muchas mujeres trabajamos y luchamos para obtener cosas, para lograr objetivos", reflexiona.
"Trapos San Juan", cuyo emprendimiento se trata del aprovechamiento del residuo que produce la industria textil, fue creado en 2021. Fue pensado como un "nuevo ingreso económico" para la familia Muñoz, resultando todo un éxito: "Creamos paños que sirven a empresas, mecánicos, por ejemplo para el lavado del motor. Es un trapo especial que absorbe el aceite y no deja pelusa. Claro que después fueron surgiendo otros tipos de recortes, se empezaron a hacer manualidades, coleros y vinchas, también prendas para niño a buen precio".
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Actualmente el emprendimiento produce 600 kilos de paños al mes. María del Carmen no trabaja sola, sino que es asistida por su hija, quien lleva adelante la confección de ropa para niños súper económica. "Esto me ha permitido subsistir de manera tranquila. Ahora sabemos que con el premio tenemos que abrirnos y crecer más como una empresa. Hay que tomarlo con mucha seriedad", dice la Emprendedora del Sol.
"Quiero sentarme, enfriar la cabeza y analizar cómo vamos a hacer la inversión". "Quiero sentarme, enfriar la cabeza y analizar cómo vamos a hacer la inversión".
Embed - Quién es María, la primera Emprendedora del Sol