El senador Edgardo Kueider (Entre Ríos) pidió esta tarde de manera formal licencia a la banca y liberó así un poco de la presión que viven el Gobierno y la vicepresidenta Victoria Villarruel en la Cámara alta desde que el entrerriano fuera detenido por las autoridades aduaneras paraguayas con más de 200.000 dólares en efectivo en la frontera del vecino país.
“Me dirijo a la señora Presidenta a fin de solicitar, a partir del día de la fecha, una licencia de mi cargo como senador nacional”, dice la breve nota firmada de puño y letra por Kueider y que fue presentada a Villarruel por personal de su despacho. El legislador formalizó así el anuncio que había hecho a través de un comunicado de prensa la tarde del mismo día que quedó detenido.
Tras conocerse el incidente y luego de que Cristina Kirchner cuestionara a Kueider y lo vinculara con el Gobierno por su apoyo a la Ley Bases cuando se trató en la Cámara alta, el bloque kirchnerista de la Cámara alta había presentado un pedido de sesión especial para este jueves para decidir la exclusión del cuerpo del senador entrerriano por haber protagonizado “un hecho de extrema gravedad institucional que este Senado no puede ni debe tolerar”.
El reclamo de Unión por la Patria está en poder de Villarruel, que desde la semana pasada mantiene contactos con el oficialismo y los bloques dialoguistas para definir qué camino seguir. Tanto la vicepresidenta como las otras bancadas saben que detrás del pedido del kirchnerismo se esconde el deseo de sumar una banca más, ya que el suplente de Kueider es Stefanía Cora, militante de La Cámpora.
Si bien la licencia pedida por el entrerriano no cambia su situación -tanto en el oficialismo como en la oposición dialoguista consideran imposible que pueda volver a sentarse en su banca de senador-, constituye una suerte de alivio para los sectores enfrentados con el kirchnerismo, que analizan alternativas para canalizar le ofensiva de la bancada que preside José Mayans (Formosa).
“Con la licencia ya dejaría de ser senador, ya que no puede participar de votaciones y sesiones”, le explicó a LA NACION un senador de la oposición. En rigor, las licencias deben ser aceptadas por el pleno del cuerpo, pero es tradición que se las considere vigentes una vez presentada la nota. Un caso reciente es el del radical chaqueño Víctor Zimmermann, que pidió licencia para asumir como ministro de la Producción en Chaco, la que aún no fue tratada por el Senado ya que no hubo sesión desde que asumió ese cargo en el gabinete del gobernador Leandro Zdero.
Por lo pronto, se baraja la posibilidad de pedirle a la presidencia de la Cámara alta que haga un pedido de información a la Justicia de Paraguay para que envíe las actuaciones del expediente que se le sigue a Kueider en ese país.
La idea de este procedimiento sería poner en marcha el trámite habitual de este tipo de casos en el Congreso, que es habilitar el tratamiento de los pedidos de exclusión en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que es el que debe dictaminar la sanción que le cabe a un legislador involucrado en una causa judicial.
“Lo mataría, porque no está ensuciando a todos, pero tenemos que garantizarle al senador el legítimo derecho de defensa”, aseguró un legislador de la UCR. Fue lo que ocurrió cuando el peronista Raúl Ochoa (San Luis) fue sorprendido cometiendo, en su caso, un delito electoral. El senador puntano fue acusado de haber votado dos veces en localidades diferentes en la misma elección. En su caso, en 2005 y tras haber formalizado su descargo por escrito -había pedido hacerlo en persona pero después cambió de parecer-, ante la Comisión de Asuntos Constitucionales que presidía Cristina Kirchner, fue suspendido en una votación celebrada días después en el recinto de la Cámara alta.
Con información de La Nación