El giojismo salió al ruedo y decidió hacerlo oficialmente con una serie de fotos de una actividad partidaria en Rawson, publicadas en las redes sociales de Juan Carlos Gioja. Dentro del espacio, que comanda cinco juntas partidarias, anticipan un año en el que el justicialismo deberá buscar la unidad para ir con una lista única a competir en las elecciones legislativas el 26 de octubre próximo. Aseguran que no hay plata para afrontar una interna y para financiar también la campaña y que ven al ex tres veces gobernador de San Juan, José Luis Gioja, como el único candidato que garantiza la unidad. Anticipan que dentro de la Cámara de Diputados los dos legisladores del giojismo no votarán siempre en sintonía con el uñaquismo.
El camino para llegar a la unidad dentro del PJ fue largo. Un proceso desgastante, que en el medio parió infinitos ismos y que terminó con la elección de Juan Carlos Quiroga Moyano como presidente. La actividad 2025 empezó con una reunión de cúpula dentro del partido, que terminó con el giojismo y el gramajismo fuera de la toma de una decisión clave: la convocatoria a una interna abierta para elegir al candidato que representará al partido en las legislativas.
El as bajo la manga que tiene Lealtad Justicialista es que Leonardo Gioja es el secretario administrativo financiero del PJ. Y todo indica que dentro del partido no hay plata para financiar dos campañas, al menos eso dijeron desde adentro. “O es la interna o es la campaña”, informaron.
Si bien el giojismo logró imponer el nombre de la diputada Graciela Seva como vicepresidenta del PJ, en el espacio aseguran que la actividad partidaria está bastante parada. “Si no apuntamos primero a la reconstrucción, es muy difícil”, dijeron las fuentes. Al mismo tiempo, reafirmaron las críticas a Quiroga Moyano porque no convoca para pensar estrategias en conjunto ni tampoco conduce en lo discursivo. Y como muchos otros, se quejaron del problema de comunicación del veinticinqueño, que sigue sin tener cuenta de WhatsApp.
Al nuevo capítulo de disputa interna, se le sumó en diciembre pasado el Ibarragate. Tras la muerte del diputado del Frente Grande, Horacio Quiroga, el uñaquismo debía reemplazar esa banca y era la dirigente Florencia Peñaloza quien seguía en la lista de proporcionales para sucederlo. La mujer, que es titular de la Defensoría del Pueblo, renunció a la banca y fue el bloquista Federico Rizo quien asumió en su lugar, engrosando el bloque del partido de la estrella. La decisión del ibarrismo generó una ruptura entre Mauricio Ibarra –referente de Peñaloza- y el uñaquismo, que no tuvo vuelta atrás. En este conflicto, los giojistas coincidían con Uñac. Independientemente de su posición, analizan lo sucedido como un divorcio de alto impacto, con efectos internos aún palpables, como la incertidumbre sobre la postura del intendente de Rawson, Carlos Munisaga, también del espacio ibarrista.
En la Cámara de Diputados el peronismo arrancó el 10 de diciembre del 2023 con una mayoría abrumadora frente a un orreguismo que no llegaba con los votos a imponer proyectos propios. Poco a poco, los dos bloques de ascendencia justicialista se fueron desgranando.
En el caso del uñaquismo, la primera gran pérdida fue el bloquismo, cuyo bloque con tres miembros- hoy cuatro- arrancó un camino distinto en la Cámara, más cercano a Juntos por el Cambio. Después, el angaquero Marcelo Mallea también pegó el portazo. A estos legisladores se le sumaron algunos diputados que han seguido un camino sinuoso, como el calingastino Jorge Castañeda y el vallisto Omar Ortiz –ambos apoyaron el RIGI, en detrimento de la postura orgánica del PJ-.
En el giojismo también hubo rupturas: primero, se fue el massista Franco Aranda, quedándose el bloque con tres diputados. Posteriormente, el gramajista Gabriel Sánchez, arrancó a votar algunas iniciativas orreguistas –muchas de ellas de importancia, como la recensión del contrato con la UTE que construía El Tambolar-. De este modo, el bloque G se quedó solo con dos incondicionales –de siempre-: Mario Herrero y Graciela Seva.
Uñaquismo y giojismo no siempre votaron en sintonía dentro del recinto. Es más, al principio hubo chispazos. Pero cuando se selló la unidad en el peronismo, comenzaron a actuar como tándem. Pero ahora advierten desde el espacio Lealtad Justicialista “que presidente y vicepresidente del PJ pueden votar distinto en Diputados”.
Empieza un nuevo episodio de relaciones complejas, en el que las fuerzas que componen el peronismo intentarán dar pelea en estas elecciones después del cachetazo del 2023, cuando el PJ perdió la gobernación tras haber permanecido dos décadas en el poder. Convivirán aspiraciones y medirán su poder. En los intendentes peronistas prevalece la cautela porque cualquier cosa que digan podrá ser usada en su contra. A esto se le suma, que la billetera hoy es una sola y la tiene el gobierno provincial.