El Gobierno de Javier Milei decidió no respaldar el documento final presentado en la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo, alegando “diferencias sustantivas” en las consideraciones geopolíticas de la declaración y una consecuente quiebra a “las reglas del consenso que rigen el funcionamiento” de la cumbre.
A través de un comunicado publicado esta mañana, la Cancillería expresó su desacuerdo con la aprobación de una declaración sin el aval de todos los miembros, señalando que la medida fue adoptada tras varios días de negociaciones sin el acompañamiento de Argentina y otros Estados.
Según argumentaron, la omisión de la norma central del consenso contradice el mandato principal del G20, orientado a la coordinación global para la estabilidad financiera y el crecimiento económico.
La administración argentina también marcó disconformidad con la forma en la que el documento abordó al conflicto de Medio Oriente, diferenciándose por su “enfoque parcial” que “omite el contexto regional y las causas estructurales subyacentes del conflicto, elementos indispensables para el avance de un proceso de paz genuino, sostenible y equilibrado”.
De esta manera, será la primera vez en la historia del G20 que el documento que se acuerda con todos los miembros de la cumbre termine sin una firma consensuada por todas las partes.
El histórico boicot a la cumbre ya se había advertido con el anuncio de Milei de no viajar a Sudáfrica. Esta respondió a la misma decisión que había comunicado semanas atrás el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En los últimos días, la Casa Blanca había rechazado tajantemente las referencias al “cambio climático” en el borrador de la declaración. También había sido objeto de crítica la agenda del país anfitrión de promover la solidaridad y ayudar a las naciones en desarrollo a la transición hacia la energía limpia y a la reducción de los costos de deuda.
“Estamos haciendo causa con Estados Unidos”, indicó a Infobae una altísima fuente de la Presidencia para justificar la jugada.
La Cumbre de Líderes comenzó este sábado y se extenderá hasta mañana. La delegación argentina está presidida por el canciller Pablo Quirno, quien habló hoy ante los jefes de Estado allí presentes.
En su discurso, Quirno afirmó que la solidaridad, la igualdad y la sostenibilidad solo pueden tener éxito en un sistema global basado en reglas claras, disciplina fiscal y respeto a la propiedad privada.
“Hemos señalado las líneas rojas identificadas (…) con el objetivo de apoyar las metas más amplias del G20. Esas líneas rojas siguen vigentes”, afirmó ante el plenario Quirno. “Nos preocupa profundamente la forma en que ciertos asuntos geopolíticos están planteados en el documento. En particular, aborda el prolongado conflicto en Oriente Medio de un modo que no capta toda su complejidad”, señaló.
Se trató de la única voz disonante en el G20 porque, a diferencia de Argentina, la Casa Blanca no envió a un solo funcionario a Johannesburgo. Es por eso que ante ese discurso, el vicesecretario de Estado de los Estados Unidos, Christopher Landau, felicitó en redes al canciller argentino por la justificación argentina para no acompañar la declaración final. “Gracias Ministro Quirno por su clara articulación y defensa de los principios que permiten que la prosperidad y la dignidad humana florezcan”, publicó en su cuenta de X.
Con esta decisión, Milei abroquela aún más su vínculo con la administración de Donald Trump, quien decidió boicotear el encuentro al asegurar que los afrikáners (los sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeseses) “están siendo asesinados y masacrados” y que sus tierras están siendo “confiscadas ilegalmente” en Sudáfrica. Esto generó una fortísima tensión con sus pares de Pretoria. Si bien el argentino acompañó la decisión de no ir, no utilizó en público esos argumentos como para no asistir.
El portavoz del presidente sudafricano, Vincent Magwenya, marcó sorpresa por la postura argentina dado que “el sherpa argentino [Federico Pinedo] ha estado aquí bastante tiempo. Ha participado en varias reuniones, así que resulta un poco sorprendente que Argentina no estuviera presente cuando los sherpas consideraron que habían llegado a un acuerdo. Una vez que lo hicieron, solo faltaba que los líderes en la cumbre ratificaran su acuerdo. Eso ocurrió”, explicó.
Fuente: Infobae