Los legisladores le dieron su bendición al proyecto que presentó la diputada por Albardón, Cristina López de Abarca, para expropiar el complejo La Laja a los actuales administradores. La Provincia pondrá $9.000.000 para comprar el complejo de aguas termales que está abandonado en la actualidad. La idea es recuperar el predio y convertirlo en un paraje turístico termal.
La legisladora insistió con la aprobación del proyecto y aseguró que la intención es darle vida al lugar como tuvo en épocas pasadas, cuando la gente iba a La Laja a darse un baño termal y a disfrutar de las instalaciones, que están en la actualidad desmanteladas.
El hotel de La Laja comenzó a construirse a mediados de la década del ’30 y su edificación concluyó diez años después. Se hizo con travertinos, un material típico de la zona. Hasta 1977 el hotel fue un éxito, tenía baños termales, fuentes de agua y hasta una plazoleta. El terremoto causó daños a la estructura y pasó a manos de la UNSJ, que lo ocupó hasta el 2004. En la actualidad, el hotel está muy dañado. El techo está destruido y en ciertas partes se cayó por la humedad y por el nulo mantenimiento.
En el caso de la pileta exterior, que reunió a miles de sanjuaninos a lo largo de los años, está inutilizable. Según informó el presidente del Tribunal de Tasaciones, Omar Blanco, tiene grietas insalvables. Quien se haga cargo del predio deberá invertir en construir una nueva.
Casi no quedan en pie las mesas y sillas del camping. Las estructuras de cemento están rotas en su gran mayoría. Apenas quedaron algunas mesas olvidadas en el medio del predio.
El abandono del complejo y las quejas generalizadas de la gente en el municipio llevaron a las autoridades albardoneras a plantearse la posibilidad de expropiar el complejo, lo que terminó dándose gracias a la ayuda de la Provincia, que pondrá los recursos para comprar el lugar.
Lo primero que hizo la municipalidad fue sancionar una ordenanza a través del Concejo Deliberante para que el Tribunal de Tasaciones puede determinar el valor del predio.
No fue nada fácil para las autoridades del Tribunal ingresar al complejo. "Quisimos entrar luego de sancionada la ordenanza y no pudimos porque no nos dejaron pasar. Tuvimos que pedir una cautelar ante la jueza Adriana Tettamanti. Recién después de haber obtenido la cautelar pudimos entrar al predio, que está destruido”, explicó Blanco.
Ingresaron al predio 4 personas, incluido el propio Blanco. "Sacamos fotos y tomamos las medidas. En total son 9 hectáreas de terreno libre de mejoras y se incluyeron las piletas, la confitería y las estructuras en pie”, informó el ingeniero. Luego de varios estudios se determinó que el precio de todo el complejo es de $9.000.000.