Un chico de 17 años, identificado como J.L. se encuentra internado en el Hospital Rawson luchando por su vida. En la madrugada del miércoles recibió un disparo en la cara. Su estado de salud es gravísimo y su vida corre mucho riesgo. En un principio se habló de que él estaba manipulando un arma y se disparó accidentalmente, pero la causa tuvo un drástico giro con lo que contó una madre de los adolescentes involucrados.
En la madrugada del miércoles, los amigos Agustín Fernández (19) y J.L. (17) fueron a la casa de sus novias, dos hermanas de 15 y 17 años, ubicada en el B° Conjunto XIII en Chimbas. Cuando llegaron a la vivienda, la muchacha de 17 años le sacó el arma a su novio -que es Fernández y llevaba el revólver en la cintura- y empezó a juguetear con ella. En medio de esa peligrosa maniobra se le escapó un tiro, con toda la mala suerte que impactó directo en el pómulo de J.L.
Esta hipótesis fue construida durante la jornada de este miércoles. En un principio, el menor J.L. dijo que él se había disparado en la cara cuando manipulaba el arma. Esta hipótesis se cayó cuando la madre de las chicas declaró y dijo en la Justicia que una de sus hijas le sacó el arma a Fernández y se le escapó el tiro.
Ante esta declaración, el fiscal Nicolás Schiattino de UFI Delitos Especiales N°3 derivó la causa al Juzgado de Menores, ya que esta parte investigará el grado de autoría que tuvo la menor de 17 años que presuntamente agarró el arma.
De igual manera, Schiattino se quedó con parte de la causa. A primera hora del miércoles realizó un allanamiento y detuvo a Agustín Fernández. Provisoriamente quedó aprehendido por el delito de portación de arma de fuego. Cabe destacar que en su vivienda no encontraron el arma que se usó esa madrugada que casi termina con la vida de J.L.