Un contador y docente sanjuanino zafó de ir preso, pero durante seis meses deberá andar con una pulsera electrónica para controlarlo e impedir que se acerque a su exmujer. Es que este jueves el profesional quedó formalmente imputado de graves delitos como los de golpear, amenazar y someter sexualmente en forma reitera a su exmujer, que es abogada.
Para proteger a la víctima y a sus hijos, no se revela la identidad del ahora imputado, pero se trata de un profesional de 45 años, que se desempeña en la delegación de la Subsecretaría de Trabajo de la Nación y da clases en dos colegios privados del Gran San Juan. Es un típico caso de violencia de género que después de cinco meses empieza a investigarse formalmente.
Este hombre fue denunciado por su exesposa en marzo pasado en la Unidad Fiscal de Investigaciones CAVIG, quien se hartó del hostigamiento que sufría por parte de éste y de las agresiones de todo tipo en los 11 años que convivieron. Ella aseguró que padeció violencia física, verbal y sexual.
abogada y fiscal.jpg
El fiscal y la querella. A la derecha, el fiscal Roberto Ginsberg, quien investiga el caso de violencia de género. A su lado, la querella representada por la abogada Sandra Leveque.
El fiscal Roberto Ginsberg ahora promovió la acción penal contra el contador, tal como lo solicitaba la denunciante y su representante legal, la abogada Sandra Leveque. En su presentación, la mujer menciona un hecho ocurrido supuestamente el 27 de diciembre de 2019, ocasión en el hombre la tomó a golpes y le arrojó agua caliente sobre su pelvis. Recordó que estuvo internada 19 días internada a raíz de las heridas.
También señaló que estuvieron separados un tiempo y después volvieron. Y que la peor parte la vivió durante la cuarentena, en 2020. Dijo que fue objeto de sucesivos maltratos y ultrajes sexuales. En la audiencia de este jueves, se dijo que el profesional subía el volumen del televisor para que sus hijos no escuchara los gritos de la víctima, según la denuncia.
La mujer denunció que luego de que se separaron por segunda vez, el hombre siguió molestándola y amenazándola. Incluso, a la semana que ella lo denunció por la causa que ahora se investiga, él la denunció por supuestos maltratos a sus hijos en otro juzgado. Sin embargo, se supo que en esa causa pidieron el sobreseimiento de la mujer en razón de que no habría pruebas contra ella.
Juez.jpg
El juez. Diego Sanz fue el juez que dispuso la apertura de la investigación y la colocación de la pulsera electrónica al imputado.
Para el fiscal Ginsberg, existe indicios suficientes de que la mujer sufrió violencia de género por parte del contador y fue así que solicitó al juez de garantías Diego Sanz la apertura formal de la investigación. La abogada Sandra Leveque, la querellante, fue más allá y pidió la prisión preventiva del sospechoso. Esto último en razón de que la mujer teme que le haga daño.
El magistrado resolvió hacer al lugar al pedido del fiscal y orden que la apertura de la investigación penal preparatoria contra el contador y docente por los presuntos delitos abuso sexual con acceso carnal reiterado y agravado por el vínculo, lesiones graves agravadas por el vínculo y por el contexto de violencia de género, y amenazas simples, todo en concurso real. No dispuso la prisión preventiva, pero ordenó que al imputado se le instale el dispositivo de pulsera electrónica para controlarlo y evitar que se acerque a la denunciante. Por otro lado, éste tendrá que presentarse cada 15 días en la comisaría más próxima a su domicilio, todo esto por el plazo de 6 meses mientras dure la investigación.