Vecinos de siempre
María Gerone, la mamá de Carolina, conocía bien a Segundo Melián. “Lo conozco desde que éramos chicos, de los 12 años. Íbamos juntos a la escuela acá en San Martín. Siempre fue un sinvergüenza, pero nunca pensé que nos iba a hacer esto”, dijo la mujer, en referencia al asesinato de su hija. Fueron vecinos en la zona de Dos Acequias, en ese departamento.
Melián era capataz y casero en una finca de la calle Yapeyú de ese distrito. Pese a que le llevaba 25 años de diferencia, conquistó a Carolina y en 2007 iniciaron un romance. La joven mujer venía de separarse y tenía dos hijas de su primera pareja. En ese entonces ella contaba con 30 años y se aventuró a apostar a esa nueva relación. El encargado de finca, que ya había dejado a su esposa y su hija, decidió llevarla a vivir con él.
Melian preso.jpg
El femicida. Segundo Ernesto Melián detenido. La foto fue captada por un reportero de Diario de Cuyo
De esa relación nacieron dos niños, pero la convivencia del hombre mayor con la muchacha no duró más de 4 años. En 2011 se separaron. La mamá de Carolina reconoció que no vio agresiones físicas y su hija tampoco le contó que Melián la golpeara, pero relató que las discusiones eran constantes en la pareja. El hombre era muy celoso.
Si bien la chica se quedó un tiempo junto sus hijos pequeños en otra casa dentro de la finca donde vivía Melián, después regresó a la casa de sus padres. No soportaba el hostigamiento y las amenazas. Carolina se guardaba todo, pero sufría el constante acoso del hombre. Y esto fue empeorando. En la causa judicial consta que la mujer lo denunció el 16 de noviembre y el 28 de diciembre de 2013 por lesiones y amenazas.
Para el 2014, Carolina trabajaba como empleada doméstica en la capital sanjuanina y cuidaba de sus cuatro hijos. Solía encontrarse con Melián por los dos nenes más chicos y por el dinero que algunas oportunidades le pasaba para la mantención de ambos. Él se convencía que ella era de su propiedad y le hacía escenas de celos. O buscaba cualquier excusa para verla. Estaba obsesionado y no la dejaba en paz. Más aún, a partir de los rumores de que frecuentaba a otro hombre.
Noche trágica
Esto último precipitó lo que sucedió el viernes 17 de enero de 2014. Ese día, el nene de 6 años fue a quedarse con Melián en la finca. Llegada la noche, a eso de las 21, el hombre hizo que una vecina enviara un mensaje de texto por celular a Carolina para pedirle que venga a su casa porque estaba enfermo.
La mujer fue más que nada para buscar a su hijo. A poco de arribar a la finca de la calle Yapeyú, Segundo Melián empezó a increparla y hacerle reproches. La versión del capataz fue la discusión surgió porque Carolina le confesó su relación con otro hombre y que, incluso, momentos antes había estado con esa persona.
Carolina Tejada.jpg
Recuerdo. Esta era Carolina Beatriz Tejada, la víctima de Melián.
Eso supuestamente lo enardeció. Pero nada lo justificaba. Menos que la encerrara dentro de la casa y la amenazara con un rifle, todo esto frente a su nene. María Gerone, preocupada porque Carolina no volvía, la llamó por celular. En esa breve conversación la escuchó con la voz quebrada y seria, pero le contestó que ya iba.
Al rato la llamó su hija de 15 años para preguntarle qué pasaba que se demoraba, entonces Carolina le contó que Melián la tenía retenida y no la dejaba salir. La jovencita escuchó los gritos del hombre y las súplicas de su mamá, de modo que cortó la comunicación, tomó su moto y partió hacia la finca de calle Yapeyú.
Mónica Olivares -la cuñada- también se contactó al celular de Carolina. Ésta atendió, pero no pronunció palabra alguna y dejó abierto el micrófono del aparato por unos segundos. Ahí le oyó decir: “¡déjame ir!”, mientras Melián gritaba, a la par, “¿qué? ¿te vas a ir a buscar a esos mugrientos? ¡Te voy a cagar matando si no cortas!”
Sin salida
Olivares contó a Mario Tejada lo que acababa de oír. Esto alarmó al joven, que se dirigió a la finca a auxiliar a su hermana. Con lo primero que se encontró fue con sus dos sobrinos parados en la puerta, llorando y diciendo que su mamá estaba adentro y que Melián la tenían amenazada. Después vio que eso era cierto. El capataz de finca permanecía apoyado en el marco de una puerta y sostenía un arma larga.
Transcurrían los primeros minutos del sábado 18 de enero. Cuando Melián notó la presencia de su cuñado Mario Tejada, salió con el rifle y le largó tres disparos. Ahí empezó lo peor. Carolina se le tiró encima para quitarle el arma, pero el viejo arremetió contra ella de una forma demencial.
Melian finca.jpg
El lugar. En este jardín encontraron moribunda a la víctima de Melián. Foto de Diario de Cuyo.
Con ese mismo rifle comenzó a pegarle. La golpeó con tanta brutalidad, que la culata del arma se partió en tres. Su intención era matarla. Es más, después agarró un palo de madera –que pertenecía a la pata de una silla- y siguió golpeándola en presencia de los dos chicos y su cuñado, que largaban llantos desgarradores.
Una vecina de apellido Martínez sintió los gritos. También escuchó a Melián, que maldecía a Carolina mientras la atacaba en el piso. “Morite hija de p…”, gritaba, y a la vez que repetía: “perdoname mi amor. Viste lo que me hiciste hacer”, según lo declarado en el expediente.
La detención
Ya habían llamado a la Policía. A los minutos llegaron dos uniformados en un móvil de la comisaría 20ma. Carolina permanecía tirada en el jardín, toda ensangrentada. Ella balbuceaba y decía desesperada: “Palo. Palo”, señalando a ese trozo de madera con que el que había sido atacada.
El hermano de la mujer les relató lo sucedido e indicó que el agresor estaba adentro. El oficial Gabriel Cortez caminó hacia la casa en busca de Melián. Cuando lo tuvo enfrente, el capataz de finca le dijo con tono prepotente y total descaro: “Yo he sido. Yo le pegué a la p… gorreadora esa. La tendría que haber matado”. En una de sus manos portaba un cuchillo y amenazaba con degollarse. “Si tenés huevos suficientes vení a quitármelo. No se acerque o me mato”, amenazó.
En la causa judicial consta que la mujer lo denunció el 16 de noviembre y el 28 de diciembre de 2013 por lesiones y amenazas.
En esos instantes, Melián se provocó unos tajos en el cuello. Ahí apareció el cabo Pablo Troncoso, que junto con el oficial Cortez trataron de tranquilizarlo. Y en un descuido, se lanzaron sobre él. Tras un breve forcejeo, lograron arrebatarle el arma blanca y lo redujeron.
Carolina fue llevada en ambulancia al Hospital Guillermo Rawson. Ingresó inconsciente a la guardia. Presentaba heridas cortantes y fracturas en el rostro y otras partes del cráneo. Su estado fue crítico desde un principio como consecuencia del daño cerebral. Así estuvo tres días en el área de terapia intensiva y falleció el 21 de enero de 2014.
Un femicidio
Días más tarde, el juez Maximiliano Blejman -al frente del Cuarto Juzgado de Instrucción- acusó a Segundo Ernesto Melián del delito de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y femicidio. Fue el segundo caso en la provincia en el que se aplicó el agravante de violencia de género, figura incorporada en el Código Penal Argentino en 2012, en un asesinato cometido contra una mujer.
El juicio contra Segundo Ernesto Melián se realizó en agosto de 2015 en la Sala I de la Cámara en lo Penal y Correccional. Soberbio y provocador como era él, entró a la audiencia esbozando una sonrisa. No le importaba lo que dijeran, él hacía comentarios y bromas con sus parientes en los minutos previos al inicio del juicio. Hasta llegó a reírse cuando declaraba uno de los hermanos de Carolina.
Melian Juicio.jpg
El juicio. Segundo Ernesto Melián cuando era llevado a la sala del juicio. Foto de Diario de Cuyo.
El entonces fiscal de cámara Gustavo Manini reprendió a Melián con dureza frente a los magistrados: “Dialoga y sonríe como si esto fuera un hecho gracioso”. La jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz, la presidenta del tribunal, también le recriminó la actitud y puso en aviso a sus familiares que iba a desalojarlos si no se comportaban dentro de la sala.
Fue el segundo caso en la provincia en el que se aplicó el agravante de violencia de género, figura incorporada en el Código Penal Argentino en 2012, en un asesinato cometido contra una mujer.
La única vez que se lo vio serio a Melián fue cuando declaró. En su relato trató de victimizarse y calificó a Carolina como una mujer infiel y mala madre. Acusó a su exsuegra de generar la discordia dentro de la pareja. Negó ser un violento. También aseguró que fue mentira que esa noche mantuvo encerrada a su víctima en su casa y que efectuó disparos contra su cuñado.
A pesar de que los dos hijos y el hermano de Carolina vieron el alevoso ataque, Melián afirmó que no fue su intención golpearla y que reaccionó porque ella lo agredió con el arma. Lo que no pudo explicar fue por qué razón la víctima presentaba esas múltiples heridas que describió la médica forense María Beatriz Vázquez.
Los alegatos
Sus abogados defensores apuntaron a remarcar que existía una relación violenta entre el acusado y la víctima. Además, cuestionaron la aplicación de la figura de femicidio y pidieron al tribunal que consideraran las circunstancias extraordinarias de atenuación en favor del acusado. Para ellos, Melián perdió el control de sus actos al enterarse de la infidelidad de Carolina y todo lo que le dijo ella esa noche.
El fiscal Manini pidió la pena máxima. “En la medida que las cosas sean llamadas por su nombre se construye una realidad. Y esta realidad habrá de contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres en cualquier situación. Y entiendo, desde la función que me compete en este caso que es pertinente adecuar la calificación que someto a decisión del Tribunal”, expresó el fiscal Manini a la hora de alegar sobre la aplicación del agravante de femicidio.
En sus últimas palabras, Melián expresó: “Estoy arrepentido de lo que hice… Se me va la vida”. El fallo de los jueces Silvia Peña Sansó de Ruiz, Raúl Iglesias y Juan Carlos Caballero (h) fue contundente. Lo condenaron a la pena de prisión perpetua por homicidio doblemente agravado, por el vínculo y femicidio.
Melian.jpg
Sus últimos días. Esta foto de Segundo Melián circuló por una red social después de que le otorgaran la prisión domiciliaria.
Segundo Ernesto Melián cumplió parte de su pena en el penal de Chimbas. El 6 de diciembre de 2021, el Juzgado de Ejecución le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria. Ya tenía 69 años y su salud estaba deteriorada por las diabetes y otras afecciones. Estuvo viviendo unos meses en la casa de su primera pareja, pero luego se mudó al domicilio de su hija mayor, también en Dos Acequias, San Martín.
Su hijo adolescente iba a visitarlo en ocasiones. La nena directamente no tenía contacto con Melián. Ambos quedaron al cuidado de sus abuelos maternos desde que ocurrió la tragedia. Los familiares de Carolina se enteraron estos últimos meses que el viejo capataz de finca gozaba de prisión de domiciliaria. Después vieron una foto de él que circuló por una red social.
Desde el juicio que no lo veían en persona. Segundo Ernesto Melián estaba recluido en la casa de su hija mayor, además lo controlaban por medio de una pulsera electrónica. El viejo celebró sus 70 años el pasado 12 de junio, esa sería su despedida con su familia. Cuatro días más tarde, el 16 de junio, sufrió un paro cardíaco y murió de forma repentina.
Su condena duró 8 años, pero ni la edad ni la muerte lo liberaron de su aterrador pasado de femicida. La familia de Carolina Tejada todavía la recuerda y llora. “El dolor por mi hija está ahí en la puerta y no se puede cerrar esa puerta. La recordamos siempre. Y aquí nadie perdonó ese hombre, por más que ahora esté muerto”, aseguró María Gerone.