El caso por el robo de los 250 anillos, la pistola, una notebook y otros efectos a un policía en Concepción, tuvo un final inesperado. Uno de los implicados resultó ser el propio cuñado del uniformado, un joven que redujo la computadora portátil y quien además tenía parte del botín en su casa y en el domicilio de un amigo.
Hernán Simón Berrios Torres, de 22 años, fue detenido el lunes último durante un procedimiento policial. Sin embargo, en esa oportunidad no se informó que el joven era el cuñado del cabo Daniel González -de la división Criminalística-, quien el 22 de diciembre pasado sufrió un robo en su domicilio en calle Alberdi en Concepción. En ese hecho le sustrajeron su pistola Browning 9mm, dos cargadores con 26 proyectiles, 250 anillos, una notebook y otros elementos.
En aquel momento se dijo que no forzaron nada en la vivienda. Eso llamó la atención. El caso fue caratulado contra autores desconocidos, pero el cabo González averiguó por sus propios medios hasta que tomó conocimiento que ofrecían su notebook a través de Marketplace en Facebook. El policía contactó al vendedor y se reunió, ahí confirmó que era su computadora.
Esa persona, de apellido Trigo, contó que recibió esa notebook a cambio de un celular y describió al reducidor como una persona joven, morocha, corpulento y con “rulitos”. Curiosamente, la fisonomía que le daba coincidía con la de su cuñado. Fue así que el policía le mostró una foto de su cuñado al “vendedor” y éste le dijo: “Fue ese”. González se sorprendió, esa persona era Hernán Simón Berrios Torres, el hermano de su pareja.
El lunes 13 de enero último, la fiscal Paola Arredondo y el auxiliar Agustín Caballero Vidal, de la UFI Delitos contra la Propiedad, dispuso un procedimiento en la casa del joven en calle Sarmiento, cerca del barrio La Capilla, en Concepción. Allí detuvieron a Hernán Simón Berrios Torres y le secuestraron 4 de los anillos robados, un parlante y un cargador del policía. En la casa de un amigo suyo encontraron un bolso con 77 anillos y otros efectos.
Barrios fue el único detenido y este jueves fue llevado a Tribunales. La fiscal Arredondo le imputó el delito de encubrimiento por receptación, agravado por el ánimo de lucro. No le atribuyó robo o hurto porque no tiene pruebas para acusarlo de esos delitos, pero nada está descartado, explicaron fuentes.
Lo que se investiga ahora es si la pistola 9mm sustraída estuvo vinculada en el hecho que culminó con la muerte de la pequeña Milagros Riveros, el 26 de diciembre último en Santa Lucía. Se cree que esa pistola pasó por las manos de Leonardo Tello, el autor del disparo que dio muerte a la niña.
Berrios Torres, asistido por el defensor oficial Alejandro Martín García, se abstuvo de declarar, mientras que la jueza de garantías Mónica Lucero dio por habilitada la investigación penal en su contra. También le otorgó la libertad al muchacho, aunque dispuso medidas que deberá cumplir, como presentarse en la comisaría más cerca y no acercarse al damnificado y a su hermana.