A horas nada más de que le dictaran la prisión preventiva, el calingastino que amenazó con matar a su hija se fugó de los policías que lo trasladaba en un patrullero. El increíble escape se produjo en la tarde de este miércoles cuando el preso pidió bajarse a orinar.
En el Poder Judicial hay mucha molestia por la negligencia de los policías. Es que Mario Alberto Rojo, el prófugo, supuestamente estaba esposado y nadie sabe cómo fue que les escapó corriendo en la entrada a la villa cabecera del departamento.
Rojo es el changarín que fue apresado el sábado último tras el revuelo que armó por su violenta actitud de querer acabar con su vida y la de su hija de 3 años. El sujeto se llevó a la nena y, con el fin de vengarse de su expareja, subió a un cerro y amenazócon arrojarse desde un barranco de 40 metros, con la pequeña en brazos.
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En la audiencia. Rojo durante la audiencia de este miércoles.
Luego de 4 horas de negociación, los policías y las autoridades judiciales lograron convencerlo y finalmente depuso su accionar. Se conoció, además, que el hombre tenía una restricción judicial que le impedía acercarse a su exmujer y a sus hijos por sus actos de violencia.
A partir de ese momento Rojas quedó detenido y este miércoles en la mañana los fiscales Eduardo Martínez y Roberto Ginsberg, de la UFI CAVIG, pidieron que se le imputara el delito de tentativa de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y homicidio transversal. Esto último es cuando se agrede a alguien con el único propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación, según la ley penal.
El juez de garantías Juan Gabriel Meglioli no estuvo de acuerdo y resolvió imputar a Rojas el delito de amenazas coactivas en concurso real y desobediencia judicial. También dispuso su prisión preventiva por 45 días y ordenó que cumpliera la detención en la Comisaría 16ta de Calingasta.
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El magistrado. El juez de garantías Juan Gabriel Meglioli dispuso la prisión preventiva de Rojo.
Fue por eso que, en la tarde de este mismo miércoles, dispusieron que Mario Alberto Rojas fuera llevado a la dependencia policial de Calingasta. Una patrulla policial de ese departamento cumplió la orden y pasadas las 14 partieron hacia aquel departamento.
Lo insólito fue que, llegando a la villa cabecera, el detenido aparentemente dijo que se estaba orinando y pidió que le permitieran bajar del patrullero, informaron fuentes del caso. En ese momento y, cuando los uniformados se descuidaron, Rojas caminó hacia un costado de la ruta y salió corriendo.
En cuestión de segundo desapareció de la mirada de los policías, que después salieron por detrás pero no lo encontraron. Ahora lo busca toda la Policía y, por miedo a que quiera atentar contra su exmujer y sus hijos, pusieron custodia a la familia.