Este martes por la mañana, se desarrolló la penúltima audiencia del juicio contra Mario Parisí, el funcionario judicial acusado por violencia de género, y las partes expusieron sus posturas en los alegatos, una verdadera batalla legal, antes de que la jueza Ana Carolina Parra dicte sentencia. En ese marco, se presentó una escena que se destacó por su antagonismo: por un lado, estuvo la presunta víctima que le habló a la autoridad y le pidió por justicia; mientras que por el otro, el imputado respondió de forma inmediata con un gesto que llamó la atención.
Si bien guardó silencio frente a la declaración su denunciante, su expresión corporal dijo más y dejó la puerta abierta a las especulaciones. Es que ni bien la presunta damnificada inició su discurso, tomó su teléfono celular y comenzó a revisarlo, lo que podría entenderse como un acto de indiferencia.
Tanto la fiscalía como la querella y la defensa exhibieron sus argumentos en el último tramo del debate y, como era de esperar, los fiscales Roberto Ginsberg y Claudia Ruíz pidieron la pena de 1 año y 8 meses de prisión en suspenso para el acusado, al igual que el querellante Reinaldo Bedini. Por su parte, los defensores Rodrigo Aguirre e Ivana Salas solicitaron la absolución lisa y llana para su patrocinado.
El Ministerio Público fue el primero en alegar y, seguidamente, fue el turno de la querella. Luego de que Bedini asegurara que a lo largo del proceso "se comprobó sobradamente que el hecho ocurrió", la denunciante tomó la palabra y, con el acusado a sus espaldas, encarnó la escena que fue captada por una foto. Si bien al comienzo del juicio pidió que Parisí no estuviera presente durante su testimonio, esta vez, la presunta víctima se expresó con el supuesto agresor a poco metros de sí.
La mujer que está señalada como víctima de violencia de género confesó que atravesó más de mil días de un proceso "duro, largo y doloroso" que no merecía, en tanto que, al momento de la declaración, el hombre acusado por lesiones leves agravadas y amenazas agravadas por el uso de arma blanca miraba su teléfono y parecía no prestarle atención al relato que se desarrollaba en la sala.
La denunciante hizo referencia a la extensión de la causa (2 años y 10 meses a la actualidad) y, por ello, reconoció: "Denuncié porque quiero justicia, por algo que me hicieron. Denuncié a mi atacante. Yo no involucré a más personas y me involucraron en un circo. Sentí que fui tomada como algo gracioso. Llevaron a que esto fuera tan largo. Me costó mucho hacer la denuncia y seguí recibiendo burlas y atropellos".
Tras agradecer a Parra por el respeto, concluyó con una contundente frase: "Venganza no, señora jueza, justicia sí".
Cuando la defensa tuvo la oportunidad de hacerse escuchar, lo primero que marcaron los abogados fue que las audiencias resultaron contradictorias y "quedó claro que el hecho no existió". Como era de prever, los argumentos de los defensores se acentuaron en la inexistencia de lesiones y la elaboración de la declaración de la denunciante. "Los hechos no sucedieron. No se observan lesiones internas ni externas. No vemos que quiera buscar justicia, quiere perjudicarlo, buscar complicidad", aseveraron y agregaron: "Condenó a Parisí hace 3 años con la condena social".
Por su parte, el enjuiciado -que en casi tres años de contienda legal nunca habló- se mantuvo en silencio. Hasta última instancia, prefirió no ejercer su defensa personal. Mientras sus representantes hacían el descargo y a diferencia de lo que ocurrió cuando la denunciante se expresaba, sin el dispositivo en mano, sostuvo la mirada baja y evitó hacer cualquier tipo de gesto.
Se espera que la jueza de a conocer el veredicto el próximo viernes 6 de septiembre y que, quizás, las "últimas palabras" del imputado (habitual momento durante un juicio) finalmente se concreten.