El crimen en Las Chacritas sigue generando conmoción no sólo por lo sangriento que resultó el hecho, sino también por el contexto en que se desató y por los involucrados que tuvo. Es que el episodio que es investigado por la justicia tiene a una única sospechosa, Luciana Teresita Bustos Sánchez, una docente universitaria y destacada investigadora sanjuanina que se declaró inocente.
El perfil de académica de la detenida fue lo que llamó la atención de más de uno, dado que se trata de una profesional que trabaja en la Universidad Nacional de San Juan y que es becaria del CONICET. Además, la joven acusada de homicidio agravado por alevosía es licenciada en Historia e investigadora de la Facultad de Filosofía.
Hay trabajos académicos publicados que llevan su firma, como el que realizó para 'Hilos Documentales', la revista del Archivo Histórico de la Universidad Nacional de La Plata. Del mismo modo, en el sitio oficial del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas su nombre figura como especialista en la historia de San Juan en el siglo XX y el impacto de los terremotos de 1944, 1952 y 1977.
Esos detalles fueron los que instalaron la discusión, ya que ni bien se conoció su nombre, su cara y demás cuestiones vinculadas al episodio que terminó con la vida de Marcelo Amarfil, las redes sociales estallaron con decenas de comentarios y una grieta impensada se abrió entre los lectores.
Por un lado, hubo quienes se mostraron indignados porque los medios difundieron su identidad, ya que por el momento rige la presunción de inocencia; mientras que otros cruzaron a los críticos porque -a su entender- planteaban un trato diferencial.
Para un grupo de usuarios, el hecho de mostrar su rostro resulta agraviante, a pesar de que su caso haya tomado estado público. Lo compararon con un escrache y se preguntaron por qué la cara de abusadores muchas veces es tapada. Consideraron que exponerla tendría consecuencias como la condena social, aunque recién la instrucción lleva sus primeros pasos.
"Dejen de escrachar esa pobre mujer por Dios!! A los que tienen que escrachar no escrachan!!!", rezó uno de los mensajes, al igual que en la misma sintonía publicaron: "Según pusieron en los medios, no estaban todas las pericias hechas y faltaban unas pruebas para comprobar si ella lo asesinó. Entonces por qué la juzgan y escrachan".
Frente a esas valoraciones, hubo quienes salieron al cruce y cuestionaron su postura, aseverando que su reacción era por quién estaba en la mira, es decir, por el perfil de la imputada. Para este otro grupo de usuarios, la figura que la joven de 33 años representa pesa más que las dudas que la rodean y por tanto piden cautela.
"A la mujer que mató al jubilado hace unos días se cansaron de mostrarle la cara y nadie dijo nada. Por qué? Por que solo les interesa salir a defender a una mujer que es conocida? Que por tener una profesión y de buena familia es obligatorio que sea vista como inocente y buena persona. En fin, la hipocresía", sostuvo uno de los comentarios.
A diferencia de muchos acusados que se sientan frente a las autoridades judiciales, que son imputados por graves hechos, que afrontan duras condenas y que prefieren guardar silencio, Bustos Sánchez decidió hablar en la audiencia de formalización. Sin embargo, no lo hizo para dar una explicación de cómo sucedieron los hechos, sino simplemente para decir que era inocente, que la verdad saldría a la luz y que los medios debían ser cautelosos con la información.
Rara vez un imputado se dirige a la prensa durante una audiencia, ya que por lo general es para cuestionar su presencia. No obstante, esta vez las expresiones fueron directas y se centraron en "cuidar" de cierto modo a sus padres, su familia, sus amigos y su novia.
Aunque no tan atípica, pero sí llamativa fue su conducta. A lo largo del proceso que culminó con el dictado de prisión preventiva por un año, la presunta asesina del profesor de Educación Física pasó por diversos estados emocionales. Primero sonrió cuando vio a su pareja, con quien convive hace varios años en una casa de Chimbas y a quien le dijo "te amo" mientras la Policía la acomodaba en su lugar.
Más tarde se mostró molesta con los fiscales Adrián Riveros y Francisco Pizarro cuando daban detalles de su accionar e, incluso, llegó a insultar a uno de ellos. Y luego, rompió en llanto cuando observó las imágenes del cadáver y las lesiones que el mismo presentaba.
Bustos Sánchez está sospechada por la muerte del hombre de 46 años, con quien según la fiscalía mantuvo relaciones sexuales dentro de su automóvil, en una zona descampada de 9 de Julio, y lo atacó a traición con un cuchillo. A pesar de que la joven aseguró que a su amigo le dio un brote psicótico y que él mismo se propinó los cortes, los forenses revelaron que las lesiones que presentaba la víctima eran compatibles con una agresión de un tercero, más que una autolesión.
Son varias los elementos probatorios que la incriminan. No obstante, ella se mostró firme en su versión. Es por ello que en los próximos 12 meses el Ministerio Público deberá indagar a fondo para descubrir quién dice la verdad y si la plataforma fáctica fue tan real y cruda como se presenta.
El impacto en las redes
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