Descartado ya que sean los restos del andinista alemán Andrea Colli, cobra fuerza la leyenda barrealina de la joven tucumana. Y es que después de 42 años puede develarse su misterio. Su historia es real, el caso “Patty” Altamirano fue verídico y ahora vuelve a reflotarse a partir del hallazgo del cadáver de una mujer en el cerro Mercedario. La chica murió al caer por un precipicio y su cuerpo se perdió en los glaciares de esa montaña de Calingasta en 1981. Hay gente que conoció el caso de cerca que está convencida que se trata de ella, pero uno de sus amigos pidió “cautela”, aunque aseguró que la familia planea venir a San Juan para ver si la identifican.
TIEMPO DE SAN JUAN pudo reconstruir el conmocionante caso de Marta Emilia Altamirano, también llamada “Patty”, esa chica de San Miguel de Tucumán que llegó a San Juan en marzo de 1981, junto a su hermana Corina y el experimentado andinista Sergio Bossini, y se perdió en la inmensidad del cerro Mercedario a 5.000 metros de altura. Hubo al menos cuatro expediciones para encontrar su cuerpo, pero jamás dieron con ella.
recorte 1.jpg
Recorte. Estas es una de las notas publicadas por el diario La Gaceta de Tucumán, en abril de 1981.
Con los años, su caso fue olvidado y su desaparición se convirtió en una leyenda en Barreal. Ni siquiera figura en los últimos registros. El fiscal Iván Grassi de la UFI de Delitos Especiales y en la misma Policía habían asegurado que no contaban con reportes de otra persona desaparecida en el cerro Mercedario que no sea el alemán Andreas Colli, perdido en diciembre de 2002.
A partir de la revelación dada por TIEMPO DE SAN JUAN acerca de que los forenses constataron que ese cuerpo rescatado el sábado pasado en el cerro pertenecía a una mujer, la noticia circuló por todo el país. Así fue que viejos andinistas de Córdoba y Tucumán recordaron el caso de “Patty” Altamirano y se contactaron con este diario para contar la historia de esa joven.
Hay registros periodísticos de la época. “Patty” Altamirano tenía 20 años. Junto a su hermana Corina y Sergio Bossini emprendieron su travesía el 23 de marzo de 1981 desde Barreal. Su primera posta fue el paraje Hornadillas, en el destacamento Álvarez Condarco de Gendarmería Nacional. Un baqueano los acompañó un tramo, pero después siguieron solos y el martes 24 de marzo armaron su base al pie de un glaciar a 4.300 metros de altura, según el informe elaborado en ese entonces por el Club Andino Tucumán.
helictoptero.jpg
Gran operativo. Tuvieron que ocupar un helicóptero para bajar el cadáver el sábado último.
El viernes 27 de marzo de 1981 iniciaron el ascenso a la cumbre. Cuando eran aproximadamente las 19 horas de ese día, se detuvieron para levantar su primer campamento, ya sobre el hielo. En esos momentos, de acuerdo a lo relatado por Bossini y Corina Altamirano, “Patty” salió a hacer un reconocimiento, “no hizo pie y se deslizó cientos de metros abajo”, describe la nota del diario La Gazeta.
Su hermana y Bossini bajaron y la buscaron durante toda la noche. En la mañana siguiente lograron dar con ella, pero estaba muerta. A raíz de las inclemencias del tiempo y la dificultad del terreno no pudieron bajar su cuerpo, entonces partieron a pedir ayuda. Recién el 29 de marzo llegaron a uno de los puestos de Gendarmería y dieron aviso sobre la tragedia.
madre 1.jpg
Búsqueda. En 1982 volvieron a buscar el cuerpo de la joven tucumana, pero no lo encontraron. Esta es una nota del diario La Gaceta.
Para cuando volvieron con los gendarmes a buscar el cadáver de “Patty” Altamirano, no lo encontraron. La nieve y el hielo había sepultado su cuerpo. Al año siguiente regresaron al cerro Mercedario con otra expedición, pero no hubo suerte. Uno de los que acompañó parte de ese operativo fue Jorge Prieto, un sanjuanino que es médico y actualmente está radicado en Córdoba.
“Coincidió que en enero de 1982 nos encontramos por casualidad con Sergio Bossini y Orlando Bravo, que era un experimentado andinista tucumano, que en ese momento subieron a buscar el cuerpo. Ahí conocí el caso de esta chica Altamirano. Los acompañamos un tramo en esa búsqueda. También vi a la mamá de ‘Patty’, Martha Dichiara de Altamirano, que estaba angustiada en el campamento base esperando tener noticias de su hija”, relató Prieto a TIEMPO DE SAN JUAN.
Operativo.jpg
Estudios forense. Ahora se esperan realizar estudios forenses para determinar con certeza la identidad de la víctima.
Otro que habló con este diario fue Claudio Bravo, un andinista tucumano que conoció a “Patty” y es amigo de su familia. “Ella era una chica jovencita, sumamente simpática, alegre y fundamentalmente lo que tenía era que se transformaba cuando subía la montaña. Amaba la montaña. Le encantaba la naturaleza”, describió.
"Esto es muy fuerte para su familia, hay que esperar que hagan la identificación. Pero también se trata de cerrar un ciclo", dijo Claudio Bravo, amigo de la familia Altamirano. "Esto es muy fuerte para su familia, hay que esperar que hagan la identificación. Pero también se trata de cerrar un ciclo", dijo Claudio Bravo, amigo de la familia Altamirano.
El hallazgo del cuerpo de una mujer en el cerro Mercedario reavivó el caso de “Patty” Altamirano. Otros experimentados andinistas como Rubén Goñi de Tucumán -de la Asociación Argentina de Montaña-, Chistian Vitry de Salta y Carlos Palloni de Córdoba, aportaron algunos recortes periodísticos de la época. Es que hay expectativa de que esos restos pertenezcan a la joven tucumana.
Jorge Prieto dijo: “No hay dudas de que es ella. Estoy absolutamente seguro. No hay otro desaparecido, mucho menos una mujer. Todo coincide”. Bravo prefirió aguardar. “Hablé con el hermano de ´Patty’ y están viendo de ir a San Juan. Me preocupa la situación emocional de todos ellos. Nosotros también estamos sorprendidos. Esto es muy fuerte para su familia, hay que esperar que hagan la identificación. Pero también se trata de cerrar un ciclo. Pasaron más de cuarenta y un años”.