El delincuente que este lunes fue castigado por la Justicia podría ser comparado con un personaje sádico de una película de acción, no sólo por su pasado sino por los violentos hechos que protagonizó dos meses atrás y la artimaña a la que apeló para evadir todo el peso de la ley. Es que Armando David Quiroga Ovalles es un asesino que se hallaba prófugo y en Albardón, en noviembre del año pasado, quedó al descubierto en medio de una terrible escena policial.
En un juicio abreviado, acordó una pena de 4 años y 2 meses de prisión efectiva por los delitos de coacción, hurto en grado de tentativa, resistencia a la autoridad y robo agravado por causar lesiones en grado de tentativa, en concurso real. Sin embargo, pasará más tiempo en la cárcel por el crimen por el que ya fue condenado, por lo que pasará los próximos 23 años y 10 meses tras las rejas.
Quiroga Ovalles, que era buscado por un asesinato ocurrido en el Sur del país, fue detenido luego de tratar de robar una motocicleta y, cuando se vio rodeado por las autoridades, actuó de manera salvaje. Incluso, cuando ya había sido aprehendido, fingió ser otra persona y dio un nombre falso para no quedar al descubierto: dijo llamarse Francisco Alexis Rosales.
Según relataron las fuentes judiciales, el homicida no sólo se resistió al arresto de los uniformados, sino que trató de escapar en un móvil policial con un efectivo adentro como rehén. Se había sacado una parte de las esposas y consiguió arrancar el rodado. Afortunadamente, la acción del agente Navarro, que estaba adentro del vehículo, impidió la fuga sacando las llaves del rodado y logrando que se detuviera.
El ladrón se golpeó contra las ventanillas del automóvil y por tanto debió ser asistido en el Hospital Giordano del departamento. Pero, otra vez, su conducta violenta, con golpes e insultos al personal sanitario, le impidieron una atención adecuada y terminó en los calabozos de la Comisaría 18º.
Finalmente, luego de protagonizar semejante acto, el hombre que quedó a disposición del ayudante fiscal de turno Pablo Ferrer fue juzgado por Flagrancia. Su defensa acordó con la fiscal Daniela Pringles el castigo más adecuado y el juez Ricardo Moine certificó el mismo y radicó la sentencia.