Los dos murieron a raíz de un empalamiento, es decir, por la introducción de un elemento contundente en su ano. Los dos eran ancianos y vivían en Santa Lucía. Ambos casos ocurrieron en sus viviendas. La diferencia radica en que uno falleció a raíz de un accidente doméstico; y el otro, fue caratulado como un homicidio. Casi un año de diferencia hubo entre los dos casos. El recuerdo de ambos hechos.
El más reciente de los dos ocurrió el pasado jueves 28 de noviembre. Francisco Tomás Arrebola, de 69 años, se encontraba en su domicilio haciendo una pared, cerca del parrillero, en el fondo de su hogar, ubicado por calle Joaquín V. González, en el interior de la Villa Muñoz, en Santa Lucía. Al parecer, en un momento se resbaló y cayó encima del mango de madera de un azadón que había en el piso.
Tuvo tanta mala fortuna que el elemento se incrustó en el interior de su ano, provocándole dos serias heridas: un hematoma retro peritonal y abdomen abierto, según indicaron fuentes hospitalarias. Lo trasladaron de inmediato hacia el hospital Rawson, donde lo intervinieron quirúrgicamente y lo dejaron internado en Terapia Intensiva.
Lamentablemente para su familia que tenía esperanzas que evolucionaría favorablemente, el anciano damnificado falleció sobre las 13:30 de este viernes ya que no resistió a las graves heridas que presentaba.
El otro antecedente, que terminó también con la muerte de la víctima, ocurrió el domingo 16 de septiembre de 2018. El falliecido se llamaba Juan Ramón Escudero, de 65 años, el que fue encontrado sin vida por su sobrino, Miguel Escudero (36), en el interior de su domicilio -también en Santa Lucía-, en el que vivía en soledad. Pasaron unos días que no sabía nada de su tío y, cuando entró a su casa, lo encontró muerto.
En un principio pensaron que se trató de una muerte natural y, con ese pensamiento, realizaron las pericias los efectivos de la Comisaría 29ª. Después, con la autopsia, se determinó que el hombre había sido empalado por otra persona y, por lo tanto la causa fue caratulada como homicidio.
El Cuarto Juzgado de Instrucción, a cargo del juez Martín Heredia Zaldo, estaba de turno en ese entonces. El magistrado detuvo al principio al sobrino y a su novia, por presunto encubrimiento, pero luego decidió liberarlos ya que no pudo recabar pruebas en sus contras. También arremetió contra los efectivos por su mal accionar en la escena del crimen. Accionar que llevó a que la causa actualmente esté sin un detenido y sin tener una prueba para investigar el caso. Algunas fuentes allegadas a la familia del fallecido creen que la causa quedará en la nada.