La increíble mentira de una estudiante: aseguró que la secuestraron y estaba con su amiga

El relato de la estudiante sanjuanina parecía verosímil, además contaba llorando y muy asustada, con los ojos hinchados, con los pómulos rojos y un moretón en el cuello. Todo esto generó estupor. De hecho, la mamá de la chica denunció el presunto secuestro y se abrió una investigación penal. Después se supo que todo era un invento de la chica, una mentira que movilizó a un juzgado, a la Policía y al personal del Centro A.NI.VI. Esto causó malestar en el juez del caso, que ahora dispuso que la Dirección de la Niñez y el propio colegio al que concurre la jovencita tomen carta en el asunto con esta chica y su familia para concientizarlos de la gravedad de lo sucedido.

La increíble historia de la estudiante sanjuanina que inventó el secuestro sucedió el pasado 12 de agosto último. Fuentes judiciales afirmaron que no es el único caso, en el Quinto Juzgado de Instrucción hay al menos otros dos hechos similares. Es por eso que el juez Benedicto Correa quiso tomar una medida ejemplificadora para que estos casos no se repitan.

Aquel día, la chica –a la que no se identifica para preservarla- de 16 años salió de su casa en Santa Lucía a las 14.10 para tomar el colectivo rumbo al colegio en Capital y desde entonces la familia perdió contactó con ella. A las 16.47, la preceptora de su escuela llamó a la mamá para preguntar por qué había faltado su hija. Ella respondió preocupada que debía estar allí. La mujer luego llamó a una amiga de la chica, al novio y otros conocidos, pero ninguno sabía sobre la jovencita. Esto generó más intriga y desazón sobre su paredero. El celular también daba apagado.

La angustia familiar duró horas hasta que la adolescente apareció en su casa a las 21. Fue ahí que la chica contó, llorando y muy nerviosa, lo del supuesto secuestro. Aseguró que bajó del colectivo en las avenidas Córdoba y Rawson, que caminó hacia General Paz y a poco de cruzar esa calle fue sorprendida por unos desconocidos, entre ellas una mujer. Relató que la tomaron por la fuerza y la subieron a un auto rojo. Supuestamente se desmayó y no recuerda que más pasó, hasta que despertó en un descampado cerca de su barrio.

La madre recurrió a la Policía y esa misma noche hizo la denuncia en el Centro A.NI.VI. El juez Benedicto Correa, que estaba de turno, ordenó a la Policía que investigara y pidiera las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona por donde transitó la joven. Todo esto para individualizar a los posibles secuestradores. También citaron para el otro día a la mujer y a su hija para que ésta declarara en Cámara Gesell. Sin embargo, cuando la madre le dijo a la jovencita que irían al A.NI.VI. para que relatara lo ocurrido, ésta se quebró y confesó que todo era una mentira, que nunca la tomaron cautiva y que en realidad estuvo en la casa de su amiga. Que inventó todo para que no la retara.

La situación hizo poner el grito en el cielo a los policías y al personal judicial, que perdieron tiempo y esfuerzo en la travesura de una adolescente. Lo cierto es que el juez Correa dio por cerrada la investigación, pero no dejó pasar la oportunidad para plantear la gravedad del caso: “advirtiendo la mala utilización y aprovechamiento de los mecanismos judiciales por parte de la menor; corresponde efectuar un llamado de atención y arbitrar medidas a través de los organismos de Dirección de la Niñez y Adolescencia, Ministerio de Salud o Educación a fin de educar para evitar nuevos eventos que como este no solo producen desgaste jurisdiccional, gastos en recursos humanos y materiales; sino que implican también demoras en el tratamiento de casos que sí resultan verosímiles y merecen toda la atención de los operadores judiciales.", señaló en su escrito.

Fue así que ordenó que la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia haga un abordaje con la familia de la adolescente para establecer si existe alguna problemática en el hogar y, en caso de que así sea, dé intervención a un Tribunal de Familia. De la misma forma dispuso que los directivos del colegio de la jovencita ordenen que el gabinete psicopedagógico del establecimiento entreviste a la estudiante para crear conciencia en ella e inculque valores para que no repita este tipo de acciones.