Por Natalia Caballero
El 20 de mayo Liam cumplió dos meses de vida y a pesar de que nació sin ningún problema de salud deberá enfrentarse a siete operaciones para que le reconstruyan tres dedos de la mano derecha que le quemaron horas después de nacer. Hoy la familia del pequeño está más tranquila, a la espera de que el bebé se vaya recuperando gracias al tratamiento que recibe solidariamente en la clínica Del Prado. En diálogo con Tiempo de San Juan, el abuelo del niño, Daniel Guevara, contó que los médicos de la clínica Mayor intentaron engañarlo cuando Liam nació: "Nos dijeron que nació con la mano ampollada”. Para saber qué pasó realmente el 20 de marzo pasado, la familia le inició acciones legales a la clínica.
Con la mirada cabizbaja pero sin perder la firmeza, el abuelo de Liam dijo que nada fue cómo esperaban desde el nacimiento del pequeño. "Uno se pregunta si lo van a discriminar en la escuela, si los compañeros lo van a aceptar, si le van a decir cosas. El bebé venía normal, ellos (por los médicos de la clínica) nos cambiaron la vida”, dijo el hombre. Estas son las preguntas que se hacen los Guevara después de que a Liam le amputaran las falanges por una aparente mala praxis.
Lo que pasó
Liam nació el 20 de marzo a las 9 AM. "Los médicos que me venían atendiendo decidieron hacerme cesárea porque el 2 de marzo me internaron por una suba de presión. Sacaron a Liam y casi ni me lo mostraron. Me dijeron que el parto había salido bien pero que se llevaban al bebé para tenerlo en observación por las dudas si habían quedado secuelas de la suba de presión. A las 12 seguía sin ver al bebé, estaba sola con la ropa de mi hijo en la pieza”, detalló Florencia, la joven mamá del pequeño.
Los abuelos y la madre del niño recién pudieron verlo a las 17. A esa hora la enfermera los hizo pasar tras pedirle que le compren una mamadera y pañales. Apenas vieron al bebé notaron que tenía vendada la manito derecha. "El doctor Mario Tripolone nos dijo el bebé había nacido con la mano ampollada, que no sabía si había nacido con las ampollas o si le habían salido cuando nació”, contó el abuelo del niño. Ante la negativa de los doctores, la abuela de Liam les exigió a los médicos que le mostraran la mano de Liam. "Ahí le vimos los globitos en los dedos, tenía la manito quemada”, relató el abuelo. Flor recién pudo ver a su hijo ocho horas después de haberlo parido.
A las pocas horas, otro médico le explicó a la familia que a Liam lo habían quemado con un secador de pelo que colocan adentro de las incubadoras cuando se rompen y que le iban a tener que amputar las falanges de tres dedos. Desde ese momento hasta hoy, al pequeño de dos meses lo han operado dos veces y se deberá enfrentar a al menos siete cirugías más para reconstruirle a través de injertos su manito.
El presente
Además de las falanges que perdió, el bebé también se enfrenta a un problema que le ocasionaron en el tendón del dedo anular. El pequeño no puede flexionar ese dedito y le tendrán que hacer un estudio para determinar qué tiene para ver cuáles serán los pasos a seguir para que recupere la movilidad. Piensan que le van a tener que poner una malla para que enderece la extremidad, pero aún no está decidido.
Mientras el abuelo de Liam cuenta las peripecias que han tenido que atravesar, se escucha un llanto desde adentro de la casa de barrio, ubicada en 9 de Julio, en la que viven todos los Guevara. Flor sale con el bebé en brazos, recién bañado y con olor a perfume. "Aún no puedo superarlo. Yo quiero llevarlo al médico para que se rehabilite, por eso a veces no voy a la escuela. Los profesores me apoyan, pero para mí todo es muy difícil”, dijo la mamá del bebé.
Flor tiene apenas 17 años pero es dueña de una fortaleza impresionante. No quiere que nadie lleve al médico a Liam. Ella quiere ser quien esté allí para su hijo cada vez que la necesite. Entre medio de tanto dolor, Liam es tratado de manera gratuita por el doctor José Rodríguez en la clínica Del Prado. El médico, que es cirujano estético, decidió atender al pequeño por motu proprio sin costo alguno.
"Todos queremos que Liam esté mejor, la obra social que tengo no le cubre todos los tratamientos y nos han dicho que en la clínica Del Prado le pueden hacer un tratamiento de kinesiología mejor”, comentó Daniel, que es peón de una finca desde 1999. El otro ingreso que tiene la familia lo aporta Mónica, la abuela de Liam, quien trabaja tres veces a la semana como empleada doméstica en una casa céntrica.
La familia Guevara ha iniciado dos demandas a la Clínica Mayor. Una demanda penal para saber qué pasó (se encuentra en el 5º Juzgado Correccional) y una demanda civil, para que la clínica resarza a Liam por el problema de salud que le han ocasionado. Los abogados Ignacio Sánchez y Federico Rojas son quienes llevan ambas causas.
Liam está creciendo sanito. Nunca se ha enfermado, ni ha tenido fiebre a pesar de las operaciones que tuvo que superar. "Es un bebé muy tranquilo, ya pesa 3,500 kg. Come mucho y aparte le damos unas vitaminas que le han recetado”, reveló su mamá mientras lo hamaca.