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"Fue prístina la niña, con un relato homogéneo, sin fisuras, perfectamente creíble, donde ha precisado los sucesos impropios de su niñez, cuando en la audiencia de Cámara Gesell, tímidamente relató los aberrantes episodios que la alcanzaran y cuyas secuelas no dudo en predicar que difícilmente puedan ser superadas”. Eso dijo en una de sus conclusiones el juez Martín Heredia Zaldo, del Cuarto Juzgado de Instrucción, en el auto de procesamiento con prisión preventiva que dictó contra un abuelo que abusó de nieta en una finca de 9 de Julio.
El juez Heredia plasmó en su fallo detalles sobre el ataque sexual: "En las circunstancias de tiempo, modo y lugar señaladas el encartado la tocó por fuera de la ropa, introduciendo su pene en la boca, como así también frotó su pene sobre la vagina de la nena, sin siquiera poder la niña resistirse de manera natural, aunque sea en forma nimia en función de las diferencias de contexturas físicas entre ambos, y le dijo que no revelara el contenido de su satisfacción erótica”.
En su parte resolutiva, el juez Heredia Zaldo lo procesó a Coria por el delito de "abuso sexual simple reiterado" y "abuso sexual gravemente ultrajante reiterado", ambos calificados por el vínculo y concursados realmente.
Eso significa que, de recaer condena en el juicio por esos mismos hechos, las penas de los delitos se le sumarán, por lo que Coria podría sufrir una condena de 15 años de prisión.
Según denunció la madre de la niña víctima, quien es hija biológica del abusador, los hechos se produjeron cuando iban a visitarlo a una finca en la que Coria trabajaba como cuidador. Todos los hechos ocurrieron cuando el abuelo apartaba a su nieta del resto del grupo familiar.
Para intentar defenderse, en su declaración ante el juez Heredia Zaldo, Coria intentó ensuciar a su hija diciendo que le había robado 12.000 pesos, que lo denunciaba por bronca y que nunca se quedó solo con la niña.
Además del procesamiento, el juez Heredia Zaldo le trabó un embargo de 100.000 pesos a Hipólito Coria.