El caso El Pinar sucedió en febrero de 1989. Las crónicas de la época narraron que las dos muchachas, Mónica y Daniela, oriundas de Buenos Aires, estaban de vacaciones en San Juan en la casa de familiares de la segunda. Aceptaron dar un paseo hasta el dique invitadas por Andrés Di Febo y Francisco Merino, a quienes conocían, en un Fiat 600. De sorpresa las golpearon y las llevaron a El Pinar donde otros 10 cómplices los esperaban.
Afirmaron que 9 de los 12 violaron a las chicas. Además de Di Febo y Merino estaban Fernando Aguirre, Sergio Quintana, Alejandro Orozco, Gustavo Centeno, Marcelo Gallardo, Sergio Landa, Sergio Brazzolotto, Juan Antonio González, Alfredo Landa y Alfredo Gómez.
Luego todo fue impunidad. Gallardo, Landa (Sergio), Brazzolotto y González, fueron condenados por violación, pero cumplieron su sentencia en libertad por ser menores. Merino, Di Febo, Landa (Alfredo) y Gómez pasaron algún tiempo en prisión, pero quedaron en libertad por oportunos beneficios judiciales. Y Aguirre, Quintana, Orozco y Centeno, nunca fueron atrapados.
El 13 de julio de 1990 se conoció la sentencia del primer Jury de Enjuiciamiento a un magistrado de la justicia local. Fue contra el ex titular del Juzgado en lo Penal y Correccional nº 4, Carlos Horacio Zavalla, quien manejó bochornosamente el caso El Pinar.
Por otro lado, en enero de 2013, Merino –hijo de un ex intendente calingastino- cayó preso por otros delitos. Le imputaron cuatro delitos: tráfico de drogas, poseer maquinaria para tóxicos, integrar una banda de dos o más personas para delinquir y violar leyes nacionales de protección a la flora y la fauna.
Las víctimas residen en Buenos Aires y en 1996 hablaron con un semanario porteño de su dolor. En junio de 2013, Mónica, una de las chicas violadas, rompió el silencio tras 17 años, hablando con Tiempo de San Juan.