Seguramente tenés un amigo que en el grupo de WhatsApp es el primero en decir "tendríamos que vernos", pero el último en confirmar. La astrología explica por qué ciertos signos parecen expertos en el arte de la indecisión y el desplante de último momento.
Organizar una reunión puede convertirse en una misión imposible cuando en el grupo habitan ciertos perfiles astrales. No es falta de cariño, sino una mezcla de desconexión, cambios de humor y un deseo innegociable de independencia. Estos son los tres signos más "vuelteros" del zodíaco:
1. Acuario: El "fantasma" de la libertad
Acuario encabeza la lista, pero por razones distintas al resto. Para este signo, un plan cerrado con mucha antelación se siente como una "prisión". Odian sentirse obligados a asistir a algo solo porque dijeron que sí hace tres días.
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El síntoma: Evita las confirmaciones directas. Usa frases como "si estoy por ahí, paso" o "te aviso cuando esté saliendo".
La realidad: Necesitan sentir que su tiempo les pertenece. Si el día de la reunión se levantaron con ganas de leer un libro o investigar un tema nuevo, probablemente den mil vueltas antes de admitir que prefieren quedarse solos.
2. Piscis: El "maestro" de la desaparición
Piscis vive en su propio mundo y se rige por su estado emocional. Si el lunes te dijo que "sí" con entusiasmo, no lo des por sentado. Para el viernes, su energía puede haber cambiado drásticamente y lo único que desee sea refugiarse en su casa.
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El síntoma: El mensaje queda en "visto" durante horas (o días) y aparece con un "ay, colgué" media hora antes de la reunión.
La realidad: No es mala voluntad, es que Piscis se abruma con los compromisos sociales si no se siente en la sintonía adecuada. Dan vueltas porque les cuesta decir "no" y prefieren esperar a que el plan se caiga solo.
3. Géminis: El experto en el "doble comando"
Géminis es el signo de la dualidad. Son los más sociables, pero su curiosidad los lleva a querer estar en tres lugares al mismo tiempo. El problema es que, al final, no terminan de confirmar en ninguno por miedo a perderse de algo (el famoso FOMO).
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El síntoma: Te dice "voy un rato después de lo de un amigo, pero antes de pasar por lo de mi hermano".
La realidad: Su mente va más rápido que su cuerpo. Tienen pánico al aburrimiento y, si el plan no suena lo suficientemente estimulante o hay otro más "novedoso" dando vueltas, darán mil excusas hasta decidirse a último segundo.