Podría decirse que es una especie de reversión de la clásica y atemporal “Friends”, pero en versión +40 (con todo lo que eso conlleva). “Las cuatro estaciones” (Four Seasons), la apuesta de Netflix que salió a la luz y rompió récords, tiene todos los condimentos de una comedia romántica combinada con las delicias de la amistad y se transforma en una trama ideal para dejarse llevar y reír. Sin embargo, en el fondo, la miniserie oculta mucho más: la crisis de la mediana edad, el desgaste de las parejas consolidadas y los vínculos del compañerismo desvencijados por los cambios de la vida que proponen interesantes replanteos.
Conformada por ocho capítulos de alrededor de media hora cada uno, cuenta la historia de tres parejas de amigos que tienen por tradición compartir unas minivacaciones en cada estación del año. Sin embargo, una de ellas decide separarse, lo que provoca un brusco cambio en la dinámica del grupo y la aparición de una nueva integrante. Mientras todos intentan readaptarse a la situación, surgen además los roces personales y, de golpe, lo que era un engranaje perfecto de tradición, queda patas para arriba.
Con una estructura llamativa que le da un dinamismo especial a la trama, la remake de la película homónima que en 1981 dirigió y protagonizó Alan Alda (quien produce y hace un breve cameo en la nueva propuesta a sus casi 90 años), se divide en cuatro partes de dos capítulos cada una. Y cada una de ellas está diferenciada por las distintas estaciones del año.
Al mismo tiempo, son las características de esas temporadas las que marcan el sentimiento central de cada episodio. Del ensueño de la primavera, aunque con un final inesperado; a la aventura del verano y los conflictos no resueltos en el melancólico otoño; hasta el factor sorpresa y la sanación del invierno, durante las fiestas de año en el Hemisferio Norte.
Y todo eso está acentuado por hermosos y coloridos paisajes, bajo el ritmo de la música de Vivaldi, que aparece como una joyita extra.
Como si fuera poco, resaltan las destacadas actuaciones de Steve Carell y Tina Fey, muy bien acompañadas Will Forte, Kerry Kenny-Silver, Marco Calvani y un excelente Colman Domingo.
Bajo esa premisa, los viajes en el tiempo y el espacio mutan en viajes hacia los vínculos fraternos y de pareja, las dudas que surgen, los desafíos del nido vacío, la decisión de apostar a los cambios o a las continuaciones para seguir adelante y las inevitables consecuencias de las tomas de decisiones que, más allá del deseo de buscar el status quo, lo terminan cambiando todo.
Con una puesta en la que no falta ni siquiera un giro inesperado, “Las cuatro estaciones” aparece como una alternativa diferente que muestra que las comedias románticas aún pueden tener mucho sentido.
El trailer de "Las cuatro estaciones"
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