La muerte de Giorgio Armani a los 91 años dejó en duelo al mundo de la moda y marcó el inicio de un proceso clave: la sucesión de un imperio valorado en más de 12.000 millones de euros. Este martes, en una notaría de Milán, se abrieron los dos testamentos escritos a mano por el diseñador, lo que definirá el futuro de la marca.
El legado de Giorgio Armani y el rol de la Fundación
Armani no tuvo hijos ni herederos forzosos, lo que le permitió disponer libremente de su fortuna. Su patrimonio incluye obras de arte, propiedades, yates, acciones en el grupo óptico EssilorLuxottica, el club de básquet Olimpia Milano y, sobre todo, el 99,9% de las acciones de Giorgio Armani S.p.A.
Los testamentos confirman lo que se había anticipado: la Fundación Giorgio Armani, creada en 2016, será la encargada de controlar la empresa. El objetivo de esta entidad es preservar el legado del modisto y garantizar la independencia de la firma.
La compañía cerró 2024 con ingresos de 2.300 millones de euros, más de 8.700 empleados y 650 tiendas en todo el mundo, además de hoteles, restaurantes y clubes exclusivos.
Quiénes son los herederos y cómo queda el poder
El Consejo de administración de la Fundación cuenta con los sobrinos de Armani, considerados sus herederos naturales. La dirección recae en Pantaleo Dell’Orco (su pareja y mano derecha), su sobrino Luca Camerana y el ejecutivo Irving Bellotti de Rothschild Italia. También participa Silvana Armani, una de sus familiares más cercanas.
El diseñador dejó una empresa sólida y sin deudas, fiel a su estilo de prudencia financiera. Los estatutos de la Fundación, redactados en 2016, establecen un sistema de gobernanza que asegura la continuidad de la marca y evita que caiga en manos de conglomerados internacionales.
Un legado que trasciende la moda
La casa Armani celebró en 2024 sus 50 años de historia, consolidándose como una de las pocas firmas independientes que supo equilibrar la creatividad con la gestión empresarial. Mientras muchas marcas fueron absorbidas por gigantes de la moda, Armani dejó un camino propio, blindado y con un legado cultural y empresarial que seguirá vigente.