Alrededor del 10 por ciento de los médicos y auxiliares en hospitales, sanatorios y clínicas presentan cuadros de adicción severa por consumo de fentanilo, una potente droga con efectos superiores a la morfina.
Los datos corresponden a una investigación llevada a cabo por la Asociación Antidrogas de la República Argentina, que publicó Diario Popular. La paciente se llamaba Rosalía, tenía 24 años y murió en 2010 a causa de un cáncer en los huesos.
Estuvo internada dos semanas antes de su fallecimiento, en un hospital del Conurbano. Para tratar de paliar el dolor, una tarde le llevaron una dosis de la anestesia fentanilo. Sin embargo se trataba de otra sustancia, con aroma similar a la lavandina.
Los familiares reaccionaron con bronca y plantearon hacer la denuncia penal, pero el director del hospital les pidió disculpas y el caso finalmente no trascendió.
"Le dieron lavandina en lugar de fentanilo, que era lo que le venían suministrando. A pesar de que ella estaba muy mal, pudo darse cuenta que tenía un gusto y aroma extraño.
El director nos dijo que muchos médicos eran adictos", señaló, en aquel momento, el padre de la joven, que eventualmente falleció por el avanzado cuadro de la enfermedad. Claudio Izaguirre, a cargo de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, señaló: "Lo que tenemos que hacer es hablar más del fentanilo, que es una droga que está en las terapias intensivas".
"Se aplica a personas que padecen cáncer y otras enfermedades muy dolorosas. Hay que dejar de esconder que uno de cada 10 médicos, enfermeros y auxiliares son adictos a esta sustancia", indicó.
La potencia del fentanilo en el organismo es muy alta y puede penetrar fácilmente en el sistema nervioso central. Así, los primeros efectos manifestados por esta sustancia son analgesia, euforia y sedación. "Se va el dolor. Para pacientes en estado terminal, su uso es absolutamente justificado. Pero en adictos que no están enfermos de cáncer u otras patologías el problema es distinto", señaló Izaguirre.
El experto explicó: "El gran punto es que médicos y enfermeros pasan por momentos de profundo estrés, dado que están frente a personas que se debaten entre la vida y la muerte". "Nuestro estudio sostiene que alrededor del 10 por ciento lamentablemente consume fentanilo. Esto el mundo de la medicina trata de esconderlo, pero es la realidad", aseguró.