Caída del empleo y de la actividad industrial, aumento de
las importaciones de bienes de consumo, ausencia de grandes anuncios de
inversión y altos costos financieros vinculados al nivel actual de tasas de
interés. Página/12 entrevistó sobre esos temas al secretario de Industria,
Martín Etchegoyen, quien proviene de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde
fue director ejecutivo desde 2006. Anunció que el Gobierno enviará al Congreso
una nueva legislación de riesgos del trabajo para "disminuir la judicialidad” y
con ello reducir costos para los empresarios. Admitió que el actual nivel de
tasas desestimula la inversión productiva, planteó que el modelo no es de
salarios bajos y criticó a Sergio Massa por el proyecto para frenar importaciones.
–El Gobierno busca atraer inversiones pero los indicadores
económicos dan mal. No parece un buen escenario para invertir.
–En estos primeros siete meses la industria cayó un 4 por
ciento. Pero en agosto vemos recuperación. Los despachos de cemento aumentaron,
también hay mejoras en tractores y metalmecánica. En Brasil vemos que la caída
llegó a un piso. El objetivo es generar empleo.
–¿Las inversiones en minería, agro y la venta de equipos
para los proyectos de infraestructura tienen impacto en el empleo?
–Los proyectos de infraestructura generan empleo, empezando
por la construcción. Y después hay sectores que pueden traccionar como el
ferroviario y agua y saneamiento. Si bien el agro en forma directa no es
empleador, sí lo es el sector proveedor. Igual hay un desafío enorme porque
cerca del 40 por ciento de la población está entre trabajadores informales,
cuentapropistas y desempleados. Es importante generar nuevas oportunidades para
que esa gente tenga un empleo de calidad.
–El secretario Miguel Braun habló durante el Foro Económico
de "reconversión productiva” en el marco del acuerdo de libre comercio con la
Unión Europea. Se parece la prédica de los `90.
–No hay que hablar de reconversión porque parece que lleva a
la destrucción. Es clave llevar adelante una agenda de mejora de la
competitividad, en el tema costos logísticos y en los costos laborales no
salariales. En la Argentina no se compite por salarios bajos.
–Pero el salario real cayó este año.
–El salario real cayó pero ya se va a recuperar, y se está
recuperando. Insisto, nosotros no queremos y la Argentina no quiere salarios
bajos.
–¿Qué es costo laboral no salarial?
–Es la ART –Aseguradora de Riesgos de Trabajo– y todos los
costos relacionados con la judicialidad. Hace unos meses me llegó el caso de un
empresario que tiene 70 empleados y le llegaron 50 juicios, todos iguales con
la misma patología. Y la alícuota le pasó del 6 al 20 por ciento de la masa
salarial. Hay que corregir eso.
–¿A través de un cambio de la legislación?
–Sí. Estamos trabajando en eso y próximamente va a ir al
Congreso.
–¿En qué consisten los cambios?
–En establecer un mecanismo que reduzca la judicialidad. No
hay que desproteger al trabajador sino generar condiciones para que los juicios
que no tienen bases sólidas, no prosperen. Según la ley de contrato laboral se
puede litigar incluso sin afrontar costos, que entonces siempre están a cargo del
empresario. Hay que proteger al trabajador porque es la base, pero no generar
un sistema que no existe en el mundo.
–¿Cometió errores el Gobierno por la destrucción de empleo
en estos meses?
–Argentina no genera empleo hace cuatro años en el sector industrial.
La situación económica con la que nos encontramos hizo que tuviéramos que tomar
algunas decisiones y eso puede haber impactado. Pero también hay otra
combinación de factores, como es Brasil, la situación en el sector petrolero y
cierta demora en la instrumentación de la obra pública porque se revisaron las
formas de contratación. Eso está reaccionando. Nosotros esperamos que esto
empiece a revertirse ahora.
–¿Cómo explica que en este contexto hayan aumentado las
importaciones de bienes de consumo que destruyen empleo?
–Las importaciones globalmente cayeron 8 por ciento en el
acumulado de enero-julio. Es verdad que en algunos sectores las importaciones
crecieron, una parte importante de eso fue la liberación de las Declaraciones
Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) a comienzos de año. Uno de esos
sectores es línea blanca, heladeras. Estamos siguiendo el tema. Si se mira el
año y se lo compara con períodos anteriores, el peso de las importaciones en el
mercado interno se mantiene. No lo comparo con 2015 porque no había dólares y
se cerraron mucho las importaciones.
–Se mantiene la proporción pero en un mercado más chico.
–Eso es cierto, en algunos casos. Este año se proyectan 860
mil heladeras. El año pasado fue 900 mil y otros años fue muy grande el
mercado, pero fueron años especiales porque la gente no podía ahorrar en
dólares entonces compraba bienes durables. En el tema importaciones hay más
temor que realidad. Eso se alimenta porque Massa (Sergio) dice que hay una
avalancha de importaciones. Nuestra idea es generar un esquema sostenible que
permita a los productores locales competir en igualdad de condiciones con las
importaciones. Vamos a cuidar el empleo, lo estamos haciendo.
–Menciona que por la dificultad para acceder a los dólares, se
ahorraba comprando bienes durables. Eso supone un mercado grande, alto nivel de
actividad, de empleo y de salarios en ese sector. ¿Eso es también parte de la
"pesada herencia”?
–Si no tenés opciones de ahorro, no confiás en tu moneda por
tener altísima inflación y crees que tu único refugio es el dólar, y encima no
podés comprar, lo que haces es comprar bienes. Eso es artificial. Nosotros
tenemos que ir hacia una economía real, no artificial. Esa ficción hay que
transformarla en realidad.
–¿El actual nivel de la tasas de interés alienta a la
economía real?
–La tasa de interés actual tiene que ver con el equilibrio
macroeconómico. Pero entendemos que altas tasas sostenidas en el tiempo
complican la inversión. Estamos trabajando en eso, porque ampliamos la línea de
crédito de inversión productiva, que venía del gobierno anterior, y estamos
sacando líneas a partir de la potenciación del BICE.