Especialistas del Conicet La Plata examinaron los restos de fósiles descubiertos en 2009 por un residente de la provincia de Chubut en un campo de esa provincia, confirmando que pertenecen al esqueleto de una nueva especie de elasmosaurio, un gigante marino de la prehistoria.
Según un comunicado oficial del organismo, la identificación de estos fósiles fue llevada a cabo por cuatro investigadores del Conicet La Plata en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP), quienes fueron convocados por el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) de Trelew.
Cabe recordar que el descubrimiento ocurrió cuando Carmelo Muñoz, un residente rural de un campo en el centro de Chubut, salió en 2009 en busca de un chivo perdido y regresó sin saberlo con un reptil prehistórico en sus manos. Y al darse cuenta de que no eran huesos comunes sino fósiles, este hombre preservó cuidadosamente el material y notificó al dueño del único bar en el cercano pueblo de Bajada del Diablo, quien, a su vez, más adelante compartió la información con Pablo Puerta, encargado de la organización de campañas en el MEF, mientras pasaba por la zona.
Fue así que de esta manera y según informó la agencia de noticias Télam, que se inició el proceso que conduciría al descubrimiento de un nuevo elasmosaurio, un colosal reptil marino que habitó en la última fase de la era de los dinosaurios, este hallazgo ha sido recientemente divulgado en la revista Cretaceous Research.
Fue entonces que los expertos del Conicet viajaron al lugar del hallazgo inicial para realizar una inspección visual preliminar, determinando que se trataba de un tipo de plesiosaurio, un grupo de reptiles marinos que ocuparon todos los océanos del mundo desde el inicio del período Jurásico hasta el final del Cretácico, hace aproximadamente entre 201 y 65 millones de años.
Y allá por 2021, se llevaron a cabo dos expediciones al lugar del descubrimiento para recuperar los restos fósiles y se le asignó el nombre “Chubutinectes carmeloi” al holotipo, que es el único ejemplar conocido hasta ahora de esta nueva especie, perteneciente a la familia Elasmosauridae y al orden Plesiosaurio.
Según se informó, el “Chubutinectes carmeloi” tenía un cuello extremadamente largo y una cabeza relativamente pequeña, con un tronco de aproximadamente 2 metros de longitud y se estima que su longitud total alcanzaba alrededor de 8 metros y su peso rondaba los 2.000 kilogramos, lo que lo clasifica como un elasmosaurio de un tamaño medio.
José Patricio O’Gorman, investigador del Conicet y autor principal de la publicación científica, indicó que se recuperaron numerosos huesos, incluyendo vértebras cervicales, costillas dorsales y abdominales (gastralia), así como la cintura escapular, la pélvica en un estado relativamente completo y elementos de los miembros anteriores y posteriores, como el fémur, la tibia, la fíbula y las falanges. También se encontraron gastrolitos, piedras estomacales que estos reptiles presumiblemente ingerían para ayudar en la digestión mecánica de los alimentos.
Y un año después, en 2022, luego de recopilar todo el material, se llevó a cabo un minucioso trabajo de preparación y estudio detallado de las muestras para determinar la identidad del animal y para O’Gorman, “la conclusión es que estamos frente a una nueva especie, la tercera descrita en Argentina, ya que presenta características distintivas en comparación con las otras dos especies conocidas”.
Tras el análisis de los fósiles invertebrados encontrados junto a los restos principales, los científicos han calculado que Chubutinectes carmeloi vivió hace aproximadamente 67 millones de años, poco antes de la extinción de los dinosaurios, que se estima ocurrió hace unos 65 millones de años.
FUENTE: Infobae con información de Télam