La Justicia de Entre Ríos confirmó que el cuerpo hallado días atrás en un descampado de la localidad de Yeruá pertenece a Martín Sebastián Palacios, el remisero que había sido visto por última vez luego de trasladar a Pablo Laurta, principal acusado del doble homicidio que conmocionó a la provincia.
El hallazgo se produjo a unos 35 kilómetros de Concordia, en una zona rural de difícil acceso. De acuerdo con fuentes judiciales, el cadáver estaba decapitado y sin brazos, lo que complicó las tareas de reconocimiento. Finalmente, los peritos de la Policía Científica lograron identificarlo mediante los tatuajes del torso, que coincidían con los del hombre desaparecido.
El ministro de Seguridad entrerriano, Néstor Roncaglia, había adelantado horas antes que existía “una coincidencia del 99%” entre el cuerpo encontrado y Palacios.
Mientras tanto, Laurta fue detenido en Gualeguaychú cuando se preparaba para cruzar la frontera hacia Uruguay con su hijo de 5 años. La captura fue posible gracias a un seguimiento de cámaras de seguridad que permitió reconstruir el trayecto del vehículo en el que se desplazaba, un Toyota que más tarde apareció incendiado, hecho que resultó clave para los investigadores.
El vínculo entre Laurta y Palacios se convirtió ahora en uno de los ejes centrales de la causa. Testigos aseguraron que el acusado fue visto descendiendo solo del automóvil, rociándolo con combustible y prendiéndolo fuego antes de alejarse a pie por un campo privado.
Además, un video de una cámara de seguridad muestra el momento en que ambos se encontraron por última vez en la ciudad de Concordia. En las imágenes, Laurta llega con un bolso, se acerca al remisero y ambos se saludan con un beso, un gesto que refuerza la hipótesis de que se conocían previamente. Esa relación es hoy objeto de investigación por parte de la UFI interviniente, que busca esclarecer qué ocurrió entre ellos antes del crimen.