Más de cien años después de su hundimiento, un equipo internacional de buzos logró extraer piezas históricas del Britannic, el transatlántico hermano del Titanic, que descansa en el mar Egeo desde 1916. La operación, autorizada por el Ministerio de Cultura de Grecia, constituye el primer rescate de este tipo en el lugar del naufragio.
La misión, desarrollada en mayo cerca de la isla de Kea, contó con once especialistas en buceo y se enfrentó a corrientes fuertes y baja visibilidad. Con tecnología de circuito cerrado y técnicas avanzadas de manipulación, los buzos consiguieron subir a la superficie objetos emblemáticos, como la campana del vigía, una lámpara de navegación de babor, bandejas de plata de primera clase, azulejos de un baño turco, un par de prismáticos y una pileta de porcelana de segunda clase.
El Britannic, de mayores dimensiones que el Titanic, había sido concebido como transatlántico de lujo, pero al estallar la Primera Guerra Mundial fue transformado en el mayor buque hospital de la época. El 21 de noviembre de 1916, mientras se dirigía a Lemnos, chocó contra una mina y se hundió en menos de una hora. De las más de 1.060 personas a bordo, 30 perdieron la vida.
Los objetos recuperados permanecen bajo custodia en Atenas y pasarán a integrar la colección del futuro Museo de Antigüedades Submarinas de El Pireo, que busca preservar y difundir el patrimonio marítimo sumergido de Grecia.
El historiador británico Simon Mills, presidente de la Fundación Britannic y coordinador de la operación, destacó que las piezas servirán para transmitir la historia del navío a nuevas generaciones y rendir homenaje a quienes murieron en el naufragio.
El Ministerio de Cultura griego subrayó que el Britannic es un sitio arqueológico protegido y que todas las extracciones se realizaron bajo supervisión de arqueólogos y conservadores, siguiendo protocolos internacionales para garantizar la preservación del patrimonio.
Los especialistas remarcan que el hallazgo tiene gran valor histórico, ya que permite comprender mejor la ingeniería naval de principios del siglo XX, el papel de los grandes transatlánticos en la guerra y los desafíos de la arqueología subacuática.
Cuando el nuevo museo abra sus puertas, las reliquias del Britannic se exhibirán de manera permanente junto a otros naufragios históricos hallados en aguas griegas, ofreciendo al público una ventana única al pasado marítimo.