En un nuevo episodio que agudiza la crisis diplomática entre Washington y Bogotá, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió una serie de fuertes advertencias contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro. Durante un evento celebrado el lunes 22 de diciembre de 2025 en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, Trump calificó al mandatario izquierdista como un “alborotador” y le advirtió que “más le vale andarse con cuidado”.
Acusaciones de narcotráfico y ultimátum
El eje central de la ofensiva de Trump radica en la supuesta complicidad del gobierno colombiano con el tráfico de drogas. El republicano fue categórico al exigir el cierre inmediato de al menos tres grandes “fábricas de cocaína” que, según sus declaraciones, operan en territorio colombiano y abastecen al mercado estadounidense.
Trump no escatimó en calificativos personales, describiendo a Petro como un “tipo muy malo” que no es amigo de Estados Unidos. “Tiene que cuidar su trasero porque produce cocaína y la envían a Estados Unidos de América desde Colombia”, sostuvo el mandatario norteamericano ante la audiencia. A pesar de estos ataques, Trump intentó diferenciar su postura hacia el gobierno de su afecto por los ciudadanos, afirmando: “Amo al pueblo de Colombia... pero su nuevo líder es un alborotador”.
Contexto de presión militar y regional
Estas declaraciones no se dieron de forma aislada. Coincidieron con el anuncio de la construcción de una nueva flotilla de buques de guerra denominada “Clase Trump”, diseñada para superar cualquier capacidad naval existente. Además, el discurso se produce en un marco de "mano dura" regional, tras la reciente incautación de petroleros vinculados al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, una maniobra de presión ejecutada por las fuerzas estadounidenses en el Caribe.
Es importante destacar que la administración de Petro fue previamente descertificada por el Departamento de Estado en su estrategia antidrogas, lo que ha servido de base para que Trump insista en que el liderazgo actual ha deteriorado la relación bilateral y es un factor de inestabilidad.
La respuesta de Petro: “No amenace nuestra soberanía”
Desde Colombia, el presidente Gustavo Petro rechazó las acusaciones y defendió su gestión. Petro aseguró que su gobierno ha logrado detener el crecimiento de cultivos ilícitos y lanzó una invitación directa a Trump para que visite el país y observe la realidad de la lucha antidrogas, donde se destruye “un laboratorio cada 40 minutos”,.
No obstante, Petro también elevó el tono de su discurso defensivo, advirtiendo que cualquier ataque a la soberanía nacional sería interpretado como una declaración de guerra. “No amenace nuestra soberanía, porque despertará el Jaguar”, sentenció el mandatario colombiano, instando a Trump a no dañar dos siglos de relaciones diplomáticas por lo que él considera intereses petroleros disfrazados de lucha contra el crimen.
Esta escalada verbal sitúa la relación entre ambos países en un terreno de incertidumbre, donde la retórica del "Jaguar" colombiano se enfrenta a la demostración de fuerza naval de la "Clase Trump", dejando en el aire el futuro de la cooperación bilateral en la región.