En lo que sería una historia digna de telenovela, una joven terminó tras las rejas como saldo de un intento frustrado por matar a su compañera con quien tenía algo en común: ambas eran amantes de su jefe. Para poder deshacerse de ella había contratado a un sicario, pero todo terminó mal.
Para entender la trama macabra de amor y odio hay que remontarse a 2015 cuando Whitney Franks, de 26 años, trabajaba en una tienda de ropa deportiva que tenía sede en el Reino Unido. Allí conoció a James Prest, gerente general del local ubicado en la ciudad de Milton Keynes, y comenzó a tener una relación como amante, ya que él tenía familia.
En el año 2017, Ruut Ruutna entró a trabajar al mismo lugar y Whitney jamás pensó que en poco tiempo el hombre también comenzaría una relación con ella. En un juicio que se desarrolló en el año 2020, la justicia indicó que Prest dejaba a su pareja e hijos en la casa, y visitaba frecuentemente a Ruut, mientras su amorío con Franks avanzaba.
Whitney descubrió lo que estaba ocurriendo y confrontó a su jefe jefe. Desde entonces, el hombre decidió evadirla, pero ella insistía en continuar la aventura.
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La trabajadora, y su jefe.
Eran compañeras, luego rivales. Ruut y Whitney compartían el amor de su jefe, y ambas sabían que él estaba con una mujer, con quien tenía dos hijos. Frente a los problemas que empezaban a aparecer, el jefe "quiso enfrentarlas entre sí", explicaron desde la investigación. Pero Whitney no soportó más lo que pasaba y le mandó un mail: "Puedo darte el mundo entero, James, si me das una oportunidad. (...) He estado buscando cosas que nos podrían ayudar, así que voy a intentarlo".
La joven, desesperada, se metió en la web oscura (dark web) y publicó un anuncio buscando los servicios de un sicario, y se ofreció a pagarle mil libras esterlinas (unos 1200 dólares). Durante el juicio, el fiscal Andrew Copeland, leyó parte de lo que decía el aviso: "esta mujer me ha causado muchos problemas a mí y a los demás. Por favor, ¿puedes ayudarme a solucionarlo?".
Buscando tener rápidas respuestas, ella llegó a enviarle al potencial asesino los datos personales de Ruut, incluso con la dirección de la vivienda, además de su celular y su perfil de Facebook. Pero finalmente su plan falló puesto que Carl Miller, una periodista que realizaba una investigación cuando navegaba por el sitio web, descubrió el anuncio de la joven.
Como se trató de un encargo anónimo, rápidamente los detectives se contactaron con Ruut para advertirle de lo que pasaba y ella les manifestó que "tenía una corazonada" de que su compañera, Whitney, la quería muerta. Finalmente las autoridades lograron detener a tiempo a la joven consumida por los celos, y aunque negó la acusación, ahora espera el juicio en su contra.