El 29 de mayo los colombianos tendrán elecciones, y según muestran los sondeos, podría elegir por primera vez en su historia, un gobierno de signo izquierdista. El ex guerrillero Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, le saca 20 puntos de ventaja a Federico “Fico” Gutiérrez, el dirigente que venció en las elecciones internas de las derechas cafeteras.
Petro, en el sondeo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), cuenta con el 43% de los votos probables, contra el 22% de Gutiérrez, el ex alcalde de Medellín que compite bajo el sello Equipo por Colombia
Muy por detrás de los dos principales candidatos están Rodolfo Hernández, postulante por la Liga de Gobernantes Anticorrupción con el 12%, y Sergio Fajardo, el moderado de Centro Esperanza que suma el 9%.
Una proyección de los votos totales, sumando indecisos, colocaría a Petro con el 48%, a solo 2 de triunfar en primera vuelta. En caso de llegar a un balotaje, el triunfo de Petro contra Gutiérrez sería de 60 a 40. Una proyección de los votos totales, sumando indecisos, colocaría a Petro con el 48%, a solo 2 de triunfar en primera vuelta. En caso de llegar a un balotaje, el triunfo de Petro contra Gutiérrez sería de 60 a 40.
El probable giro a la izquierda que adoptaría el pueblo colombiano tiene que ver con una derecha muy desgastada por malas políticas económicas, sociales y de seguridad y por flagrantes hechos de corrupción, muchas veces asociados a la complicidad con el narcotráfico.
Iván Duque, actual presidente que, aseguran desde el partido de Petro, sólo administra el poder que realmente detenta Álvaro Uribe, cayó en la consideración popular hasta el 83% de imagen negativa.
Sobre su “patrón” político, Álvaro Uribe, los colombianos opinan parecido: el 41% piensa que debería retirarse de la política, y otro 30% que, directamente, debería ir preso.
Petro asumiría con fuertes reclamos económicos y sociales de un pueblo que sufre una fuerte pérdida del salario y del empleo. Más del 50% de los colombianos, por ejemplo, exigen un rápido cambio en la estructura tributaria, para aumentarle fuertemente los impuestos a los más ricos. Y un 64% apunta a los bancos, pidiendo que el Estado recorte drásticamente sus ganancias.
Un triunfo de Petro, sumado a una posible victoria de Lula en Brasil en octubre de este año, más la caída de la derecha en Chile ante el centrismo de Boric, dejaría muy solo a Luis Lacalle Pou como abanderado del neoliberalismo en Latinoamérica, y abriría un escenario impredescible.