Por Viviana Pastor
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Que el vino se puede tomar con soda o con hielo es algo que vienen pregonando los enólogos para desmitificar los rituales acartonados del vino y alentar el consumo. Y si es así, también se lo puede tomar mezclado con jugo y es algo que muchos consumidores viene haciendo desde hace tiempo. Pero es la primera vez que una bodega elabora y fracciona un vino con jugo. Peñaflor, la bodega que más exporta en el país, sacó al mercado hace algunos días su vino-jugo, Dos Tonos.
El árbol genealógico
Dos Tonos tiene sus ancestros, ya que el vino con cola es una mezcla extendida en varios países latinos. En México se lo conoce como “calimocho” y se lo elabora de forma casera y en grandes cantidades. En España suelen llamarle "mochete", "rioja libre" o "tincola"; en Chile como “jote o licor de ave”; en Uruguay como “vino cortado”; y en Argentina también se lo llama “bardal”, en referencia al lubricante para motores. Otros nombres para esta mezcla son: "rifle", "cokero", "cascarudo", "vinola" o simplemente como "vino con cola". En Brasil también es conocido como Vinhoca (Viñoca).
Incluso hay antecedentes del dúo de vino blanco con refresco de limón, al que se le llama “limotxo”; o naranja, conocido como “troncho». En algunas partes de España se lo conoce como “pitilingorri, caliguay, naranmotxo o naranjito”.
A la mezcla de vino tinto con lima-limón se le llama “colo-colo”, por la coincidencia de colores del vino tinto y el de la bebida clara, con el uniforme del club de fútbol chileno Colo-Colo. A la mezcla de vino blanco con bebida de lima-limón, se le conoce “gaviota”, por su color blanquecino. Y la combinación de vino blanco con jugo de ananá se le denomina "tropical".
Y a no olvidarse de “el rifle”, vino tinto con prity limón. Todos se suelen beber fríos, añadiéndole mucho hielo.
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