San Martín consiguió un triunfazo en Concepción, después de imponerse 1-0 frente a Independiente en el Hilario Sánchez. El único gol del encuentro lo marcó Tomás Fernández, tras una jugada revisada y convalidada por el VAR. La tecnología también tuvo otra intervención decisiva: anuló un tanto al Rojo, que antes había desperdiciado una chance clarísima frente a Matías Borgogno, figura indiscutida del partido.
Con este resultado, el Verdinegro alimenta su sueño de seguir en Primera. Si bien por ahora estaría descendiendo por tabla anual, la pelea está al rojo vivo: restan apenas tres fechas y hay cinco equipos separados por tan solo cuatro puntos. En ese contexto, cada triunfo vale oro, y el conseguido este domingo se festejó como una final.
Dentro del vestuario, la alegría fue total. Jugadores, cuerpo técnico y dirigentes celebraron con euforia el desahogo, entre abrazos, cánticos y promesas para lo que viene. Incluso el presidente, Jorge Miadosqui, se sumó al festejo en modo hincha, mientras el grupo entonaba a puro pulmón: “En Mendoza tenemos que ganar”, refiriéndose al clásico con Godoy Cruz, a disputarse en dos semanas.
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