Fabricio Pérez y la historia de unos padres que acompañaron, esperaron y nunca dejaron de confiar
Con apenas 20 años, el sanjuanino levantó otra copa con Estudiantes en Primera División. Detrás del presente brillante hay una historia de sacrificio, lágrimas y una familia que siempre bancó y nunca le soltó la mano. La intimidad de Los Pérez, el corazón del campeón.
A Fabricio Pérez nadie le regaló nada. Y a eso su papá Omar, lo sabe mejor que nadie. Lo dice con la voz cargada de emoción y orgullo, como quien mira para atrás y entiende que todo valió la pena, cada viaje a la escuelita de Trinidad y cada vez que tuvo que faltar a un cumpleaños para descansar bien. "Yo lo vivo como un papá muy emocionado por todo lo que le está pasando a su corta edad. Me siento muy orgulloso de él, de dónde viene y dónde está ahora", aseguró a Tiempo de San Juan.
Fabri nació en Rawson, se crió en Trinidad y desde muy chico tuvo claro su sueño, que era ser futbolista profesional. "Cuando iba a la primaria siempre me decía que quería ser jugador de fútbol", recuerda Omar, ex delantero que también supo debutar en Primera y que reconoce en su hijo condiciones similares a las que él tuvo. Gambeta, velocidad, uno contra uno. Pero, sobre todo, carácter, justo el que se necesita para estar donde hoy se encuentra.
image-22-e1765758240541
Ese carácter fue el que lo sostuvo cuando el camino se volvió cuesta arriba. Fabricio se fue muy joven a la pensión de Estudiantes de La Plata, dejó San Juan, su casa, su familia y se metió de lleno en un mundo desconocido, en el que no conocía a nadie, pero compartía sueños en común. A pesar de los intentos, hubo un momento que estuvo al borde de abandonarlo todo por falta de ritmo. Es que no era tenido en cuenta y el desgaste empezó a sentirse.
Contra eso, Omar, su padre, también tuvo un rol importante para hacerle entender que no había que bajar la guardia ni mucho menos darse por vencido: "Hubo una etapa en la que me decía que no estaba contento, que se quería venir. Estaba cansado de la rutina", recordó. Junto a su esposa, mamá de Fabricio y de sus dos hermanas -él es el hijo del medio-, hablaron con él con el corazón en la mano. Le dijeron que si quería volver, las puertas estaban abiertas. Pero también le recordaron su sueño. "Esto se trata de pelearla, seguir y no abandonar hasta que te toque el momento".
En ese momento y con todo el contexto de un Fabricio casi vencido, sus padres viajaron a La Plata para acompañarlo. Hubo lágrimas, abrazos y una decisión que marcaría su destino: el sanjuaninon les dijo que "no se iba a rendir. Que la iba a pelear".
40c7a037-066f-424c-84f3-408eb7d77ac2
Al poco tiempo empezó a jugar en Reserva. Después llegó el llamado tan esperado de Eduardo Domínguez que lo subió a Primera. "Me decía ‘estoy andando bien, pero no me convocan’. Hasta que un día me llamó llorando y me dijo ‘concentro con Primera’”, recordó su papá. El debut fue nada menos que ante Platense, un momento que Fabricio jamás va a olvidar y que anoche, en el estadio San Nicolás, la historia volvió a reeditarse con el mismo rival. Fue triunfo 2-1 y el Trofeo de Campeones se quedó para el Pincharrata.
Fabricio Pérez
Todo empezó años antes, cuando era apenas un chico en la escuelita. Los profesores ya avisaban que tenía algo distinto. Luego llegó la prueba clave, organizada por 'Don' Arrieta y Germán Salla, que lo acercó a Estudiantes cuando tenía 16 años. "Cuando me vieron en la primera práctica me dijeron que tenía condiciones. Lo primero que hice fue agarrar el celular para contarles a mis papás. Nos pusimos a llorar", contó Fabricio en una entrevista con Entretiempo, cuando repasó su llegada a la pensión del Pincha.
Hoy, con toda esa espalda y algunos recuerdos de ese Fabricio que llegó siendo apenas un niño, levantó tres títulos en Primera División. El último, el Trofeo de Campeones, siendo protagonista en una final que volvió a confirmar el gran momento que atraviesa Estudiantes de La Plata. A ese logro se suman el título obtenido en 2024 y el reciente Torneo Clausura. Todo, en pleno proceso de formación, pero ya acostumbrado a los escenarios grandes. Sin achicarse ni volverse loco.
image.png
Fabricio Pérez debutó en Primera.
Fabricio Pérez es hoy un ejemplo para los chicos que vienen de abajo, para los que sueñan con jugar en Primera. "Con sacrificio, humildad y condiciones se puede llegar", dice su papá. Y no habla desde el discurso, habla desde la experiencia y por todos los altibajos que tuvo que pasar su hijo. Valió la pena tanto esfuerzo y el acompañamiento para que no se sintiera solo. Ellos creyeron y se emocionaron hasta las lágrimas cuando lo vieron bañarse en oro una vez más.
Embed - Contada por sus padres: La historia detrás del sanjuanino campeón con Estudiantes