El turismo fue uno de los rubros más afectados por la pandemia. En Iglesia cerraron tres emprendimientos clásicos ligados al turismo. Se trata del restaurante de la finca El Martillo, el parador La Morada y el hotel Termas de Pismanta. Sin posibilidad de facturar por meses, los negocios terminaron cerrando con números en rojo.
El restaurante de la Finca El Martillo era cita obligada para todos aquellos que viajaban al departamento del norte. Allí, se podía comer un plato clásico, que los hizo conocidos dentro y fuera de las fronteras provinciales. Es el caso del pejerrey, que lo cocinaban de una manera especial. Se servía con verduras de la propia huerta de la finca. Debido al cierre total por la pandemia, el restó tuvo que cerrar. La Finca continúa abierta, atendida por la familia Meglioli, una familia dedicada al turismo desde hace años.
También cerró sus puertas el parador La Morada, ubicado cerca del dique Cuesta del Viento. Este era un punto clave para todos los viajeros que llegaban al departamento con ganas de hacer kitesurf y windsurf en el espejo de agua. Tras meses de inactividad, el parador cerró sus puertas. Ahora el espacio que ocupaba fue alquilado por la empresa minera Josemaría Resources.
Finalmente cerró el hotel Termas de Pismanta, gerenciado por una cooperativa. En marzo cerró definitivamente y ahora tiene las llaves el Gobierno de la Provincia. La intención es licitarlo, para que algún grupo inversor se haga cargo de gerenciarlo.
El hotel Termas Pismanta pasó por varias administraciones de concesionarias conflictivas hasta que en el año 2000 sus empleados tomaron la decisión de pelear por la empresa y recuperarla. En el año 2006 durante la gestión del entonces gobernador José Luis Gioja decidió adjudicar la concesión a la cooperativa Cacique Pismanta y se transformó en un emblema de empresa recuperada en la provincia. Ese acuerdo vencería en el año 2026 aunque habrá que ver si antes no surgen modificaciones de acuerdo a los problemas que surgieron con los cooperativistas.