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A 50 años de la creación de Chincul

“Aquellos aviones de Pocito”: la historia de la fábrica de aviones privada más grande del país

Los historiadores aeronáuticos Gustavo Marón y Guido Ghiretti lanzaron su libro sobre la histórica planta que funcionó en Pocito hasta 1995, donde se construyeron más de 740 aviones de los cuáles la mayoría sigue funcionando.

Por Santiago Staiger

Chincul fue fundada en 1970 y se propuso la idea de fabricar aviones en serie en San Juan, una provincia que no tenía en ese momento ninguna capacidad industrial para llevar adelante un proyecto de esa escala. La planta fue inaugurada en 1972 y para 1980 daba trabajo a 500 operarios en turnos rotativos de 8 horas, las 24 horas del día. Los historiadores areonáuticos Gustavo Marón y Guido Ghiretti reconstruyen la historia en su libro “Aquellos aviones de Pocito” y la exponen luego de 25 años de rigurosa investigación.

Un poco de historia sobre Chincul:

En 1966, la Fuerza Aérea Argentina decidió trazar un planeamiento industrial a mediano y largo plazo para reemplazar el obsoleto parque aeronáutico argentino con aviones de última generación, que además fueran producidos en el país. “El objetivo del planeamiento era doble, no sólo renovar aeronaves sino también darle un estímulo a la industria nacional”, sostuvo Gustavo Marón, uno de los investigadores del libro, quien además es abogado especializado en Derecho Aeronáutico.

A consecuencia de esta planificación, Cessna celebró contrato con DINFIA (Fábrica Militar de Aviones) para producir bajo licencia en Córdoba los aviones agrícolas Cessna 188 (monoplazas), los aviones de entrenamiento Cessna 150 (biplazas) y los aviones de uso general Cessna 182 (cuatriplazas), mientras que la empresa RACA de Buenos Aires firmó contrato para producir bajo licencia los helicópteros de turbina Hughes 369/500.

“En este contexto, el grupo empresario Beraza, con sede en General Villegas, Provincia de Buenos Aires, vio la posibilidad de hacer un gran negocio a través de la producción bajo licencia de aviones Piper en Argentina.  Inicialmente se pensó en colocar la fábrica en Bahía Blanca debido a la proximidad con un puerto de aguas profundas, lo que generaba ahorro en los costos de fletes”, detalló Marón.

Las líneas de montaje de Chincul en paralelo en 1985, con un avión ejecutivo PA-31-350 Navajo Chieftain en primer plano y, en el fondo, aviones escuela PA-38 Tomahawk y agrícolas PA-25 Pawnee

A pesar de que en Bahía Blanca existía un numeroso personal técnico de la Aviación Naval Argentina, se eligió construir la planta en San Juan debido a los beneficios económicos que generaba el programa de promoción industrial denominado Plan Huarpes, que favorecía la radicación de empresas tecnológicas en la provincia, por entonces muy sumergida en la pobreza.

Así nació Chincul, fundada en 1970, que se propuso la atrevida idea de fabricar aviones en serie en una provincia que no tenía en ese momento ninguna capacidad industrial para llevar adelante un proyecto de esa escala. Para lograrlo, la empresa reprodujo en el aeródromo de Pocito una fábrica norteamericana completa, con manuales y procedimientos idénticos a los vigentes en Estados Unidos. Se convocó inicialmente a doce "colonos" de otras provincias con gran capacidad y experiencia en mantenimiento de aeronaves y se montó una escuela interna en la que se fue formando a todos los jóvenes sanjuaninos que se fueron incorporando.

La planta fue inaugurada en 1972 y para 1980 daba trabajo a 500 operarios en turnos rotativos de 8 horas, las 24 horas del día. No se fabricó un solo modelo de avión, sino "familias" de diferentes modelos a partir de los diseños básicos PA-18 Super Cub (monomotor escuela), PA-23 Aztec (bimotor ejecutivo), PA-25 Pawnee (monomotor agrícola), PA-28 Cherokee y PA-28R Arrow (cuatriplazas de uso general), PA-32 Cherokee Six/Lance (monomotores utilitarios), PA-31 Navajo (bimotores ejecutivos), PA-36 (monomotores agrícolas), PA-34 Seneca (bimotores ejecutivos) y PA-38 Tomahawk (bimotores de instrucción).

Los aviones más complejos producidos en Pocito fueron el PA-31P Pressurized Navajo y el PA-31T Cheyenne II, con motores turbohélices, cabina presurizada, piloto automático y radar meteorológico. En total, Chincul fabricó más de 740 aviones, a los que hay que sumar los que importó directo desde los Estados Unidos a través de su comercializadora (La Macarena), lo que prácticamente nos coloca en mil aviones, un número asombroso que cambió por completo la fisonomía aeronáutica de la Argentina. La mayoría de estos aviones siguen volando hoy en día, lo que puede dar una idea de la calidad de los productos de San Juan.

En la investigación, Marón y Ghiretti afirman que Chincul desapareció a consecuencia de la quiebra de Piper Aircraft Corporation, pero también debido a la falta de visión de sus dueños (la segunda generación de la familia Beraza), que no supieron, no quisieron o no pudieron darle cauce a la increíble capacidad industrial que ha se encontraba instalada en San Juan. Desde la desaparición de Chincul, la planta fue alquilada a Frutos de Cuyo (agroindustria) y luego a la fabricación de motocicletas (Maverick).

Sobre el libro:

La investigación histórica que termina en este libro comenzó hace 25 años en Mendoza.  El libro se encuentra estructurado en tres partes.  La primera parte se ocupa de la fábrica de aviones en sí, desde su inauguración en 1972 hasta su cierre definitivo en 1995. La segunda parte se ocupa de cada uno de los diversos modelos producidos en San Juan, para dar una idea de la complejidad y del alcance que tuvo un proyecto que fabricó más de 700 aviones.  La tercera parte está formada por diferentes listados que bajan al detalle individual cada avión producido, cada operario que lo construyó y cada propietario que lo adquirió.

Con 600 páginas y más de 400 ilustraciones, constituye una referencia ineludible para comprender la Aviación Civil contemporánea, la política industrial y la economía argentina en la segunda mitad del Siglo XX.

Los autores tienen publicadas más de 200 investigaciones en medios especializados. Guido Ghiretti es piloto de Línea Aérea y Arquitecto especializado en Arquitectura de Aeropuertos.  Gustavo Marón es abogado especializado en Derecho Aeronáutico. Ambos decidimos publicar este libro en plena pandemia, a pesar de las dificultades, para celebrar el 50 Aniversario de la constitución de la empresa Chincul y como homenaje a los cientos de personas que trabajaron en ella, cada una de las cuales se encuentra nombrada.

El libro puede ser adquirido a precio promocional y entregado a domicilio, para lo cual basta escribir al mail a la Editorial Grupo Abierto ([email protected]).

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