"Con profundo dolor, hoy he participado del acto inaugural del flamante
Teatro del Bicentenario, del cual seguramente, al igual que yo, nadie tendrá
nada que reprocharle, ya que es una magnífica obra dotada de todo lo necesario
para llevar a cabo espectáculos de primer nivel. Y a este punto me refiero
cuando digo con profundo dolor, ya que el primer espectáculo que se elije para
darle vida a este teatro fue una cantata escénica del siglo XX compuesta por
Carl Orff, llamada Carmina Burana, son
poemas que realzan los placeres terrenales, mejor dicho los pecados
capitales, con una crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos.
Y si a esto le agregamos la compañía catalana "La Fura dels Baus”, auto
definida en su página web como excéntrica y transgresora quienes se
enorgullecen de poder unir y adaptar carnalidad y misticismo, grosería y
sofisticación, primitivismo y tecnología, da como resultado, lo que
presenciamos esta noche, que según mi formación y creencias religiosas fue un
rito satánico, una consagración de una obra pública al demonio y una grave
ofensa a Dios. De más está decir que como católico formado e informado pude
percibir con claridad la presencia de mensajes subliminales e imágenes
puramente demoníacas y a su vez denigrantes hacia la mujer, mostrándola como
objeto de placer”.
"Sin querer entrar en más detalles manifiesto que para bien de mi alma,
por amor a mi Dios y para no seguir participando de este grave acto de agravio,
es que decido salirme del elenco y no participar en ninguna de las próximas
funciones aunque esto repercuta en mi condición laboral, sé que El, que me lo
da todo, no me abandonara”.
El texto antepuesto fue posteado por el violoncelista
Eugenio Rodrigo entre sus allegados, luego de que el integrante de la Camerata San Juan local comunicara a su superior que no sería parte de la orquesta que le pondría
música a Carmina Burana, obra que escenificaría la compañía La Fura dels Baus
en la inauguración del Teatro del Bicentenario.
Y desató una polémica que según reconoció el músico, no se la
esperaba. "Pero estoy tranquilo, estoy bien, creo que he aportado mi granito de
arena”, dijo a Tiempo este miércoles, cuando por primera vez accedió a una
entrevista periodística para hablar sobre su radical decisión.
"Yo estaba presente en una obra donde no se le estaba honrando
a Dios. Si yo seguía en esa obra, tampoco estaba honrando a Dios”, dijo Rodrigo,
un hombre que se define como un "católico con una fe muy fuerte”.
"Luego de publicar mi
opinión entre mis amigos, compañeros de trabajo, la gente más cercana, sentí
que había hecho la diferencia para un público general que estoy seguro no sabía
de qué trataba la obra”, dijo el músico.
Explicó que en su concepción, "en otros países se podrá ver
masivamente y no será controversial, pero acá yo sentí que no era una obra y
menos una puesta en escena para un auditorio que va a la inauguración de un
teatro público. Espero que para la próxima, las autoridades políticas tengan
más cuidado con la elección de las obras”.
Con el nivel cultural de quien integra una orquesta sinfónica
de la provincia y además la camerata, que se rodea de otros profesionales como
él, Rodrigo reconoce que participó como uno más en los ensayos de Carmina
Burana, pero que no fue hasta el día anterior de la puesta que vio el despliegue
de la compañía catalana, y se encendió una luz de alerta en su interior.
"Faltaba menos de un día para la inauguración y cuando ví el
ensayo de la Fura me impactó mucho la simbología, las imágenes, el planteo de
la obra, y me fui derecho a investigar más sobre Carmina y la compañía”,
explicó.
"Sentí que lo que vi no era algo de lo que quería tener
parte: orígenes paganos, profanos, la recreación de los pecados capitales –detalló
Rodrigo-. Me pareció una elección desacertada para el tipo de público al que
estaba destinada. Una cosa es que toquen Carmina en el auditorio, otra cosa es una
puesta en escena como la de la Fura entre 5 mil personas que pueden no tener la
información necesaria para interpretar lo que están viendo”.
Y fue así como el violoncelista que había participado hasta
del último ensayo de la camerata, que tiene incluso
dos hermanos que también forman parte de la sinfónica, se bajó de la
interpretación de una de las composiciones más importantes y significativas en
la historia de la provincia.
"Dije, Señor perdónalos porque no saben lo que hacen, y acá
estoy Señor, tranquilo con mi decisión, -explicó Rodrigo-. Luego de hacerlo
público, vinieron las críticas. No quise polemizar. Tuve muchos mensajes de
apoyo, muchas críticas constructivas. Y en mi entorno, que no es tan católico,
hubo comentarios pero con prudencia, y cada uno marcó su postura”.
"Es la primera vez que me sucede algo así y estoy tranquilo
con la decisión que tomé –resaltó Eugenio Rodrigo-. Como en la amistad, soy de
los que creen que los tibios no sirven en la vida espiritual”.
Por Atahualpa Acosta